Tegucigalpa, Honduras: La adrenalina, el sacrificio, la pasión por el atletismo están centradas en la vida de Alejandra Alvarado, no descuida su rol de esposa, madre de tres hijos, aprovecha el tiempo libre que le queda para entrenar y estar lista para correr 80 kilometros sobre montañas, el esfuerzo y la entrega al pesado deporte la mantienen bella, atractiva y radiante.
¿Qué tanto te ha apasionado esto de estar corriendo?
Fíjate que en una escala de uno a cien seria doscientos, la verdad me gusta. Es mi vida. Mi pasión.
¿Desde cuándo estás metida en andar corriendo?
Desde los 15 años salía a correr, antes yo vivía en Corralillo, es una comunidad que queda adelante del Hatillo, yo me escapaba de mi casa hasta la posta y me regresaba, desde chiquita me encantaba correr, pero mi mamá nunca me dejó por la cuestión de la seguridad y que yo andaba sola, ya casada, cuando descubro que soy libre, puedo andar sola y tengo el apoyo de mi esposo, empecé a buscar caminos, recuerdo que empecé con Jean Paul, allí me di cuenta que es lindo correr en la montaña.
¿Esa es tu vida?
Es parte de mi rutina, lo hago todos los días, solo tengo descanso uno o dos días a la semana, hay semanas que son más cargadas que otras, pero esa es mi rutina, lo primero que hago en el día es correr, es el tiempo que yo tengo para mí, toda mi familia depende de mí, mis hijos, sirvo en el club Tiburones de presidenta de la junta, entonces, todo el tiempo de la tarde lo tengo comprometido, el único tiempo que yo tengo para mi es en la mañana cuando corro. No puedo dejar de hacerlo.
¿En qué consisten tus entrenamientos?
Mira, aquí en la corrida de montaña yo corro una distancia media de 15 a 16 kilómetros en hora y media, hay otro día hago repeticiones largas, un día corro 200 metros en cuesta, hago unas 15 o 20 repeticiones en cuesta, o bien, hago repeticiones de 800 o mil metros, en una zona que no sea de tanta cuesta, eso lo hago una vez a la semana, otros días hago diez kilómetros de trote suave y ya sábado y domingo se convierten en fondo, de dos a cinco horas. Es lo más difícil y cansado.
¿Has estado involucrada en la federación de atletismo?
Fíjate que no, la verdad que no he buscado estar federada con el atletismo, no sé porque, un día me inscribieron, pero como no hay federación para carreras de montañas, a una federación internacional, a esa si me inscribí, que es la que te califica para eventos como la Mont Blanc en Francia donde corres carreras hasta de 170 kilómetros de pura montaña, pero ya es a nivel internacional, cada cada vez que yo participo acumulo puntos y esos puntos me van a dar el poder para clasificar a este tipo de competencias, pero en Honduras no hay federación de carrera de montaña, el único apoyo que recibo es el de The North Face que me apoya con la ropa, ellos me dan un cupón anual para que yo vaya a la tienda y pida ropa, accesorios, tenis y lo que yo necesite para mi corrida.
¿Cuál es la próxima competencia?
Hay una el 20 de octubre en Chile, se llama Endurance Challenge Series, son carreras de resistencia, hay de cincuenta, ochenta, cien y hasta ciento sesenta kilómetros, yo ahorita voy por los ochenta, es mi cuarta carrera seguida en la que corro ochenta, no he querido dar el paso a los cien kilómetros todavía.
¿Qué se siente correr ochenta kilómetros?
Son carreras heavy, tengo una elevación acumulada de tres mil metros, eso significa que voy subiendo montañas súper empinadas y así mismo las bajo, es como una montaña rusa, y yo no entiendo cómo es que el entreno de cinco horas que tuve ayer quede cansada, con ganas de irme a la cama, pero en esas carreras, yo pienso que es a pura adrenalina que la terminas, porque no creo que haya un entrenamiento que te capacite para correr esa cantidad de kilómetros a esas dificultades, son carreras de montañas, mira, en Perú eran unas cimas que cuando las miras de abajo te asustas para llegar arriba y miras a otra gente que participa como hormiguitas desde abajo, para que te hagas una idea de la cantidad de elevación que tienen esas montañas.
¿En cuántas has participado?
Ijole, mira, la primerita fue Fuego y Agua en Nicaragua, En una isla muy bella, después fue en Rincón de la Vieja en Costa Rica, allí hice cincuenta kilómetros, en El Salvador he hecho una gran cantidad, el Boquerón, Volcán Santa Ana, son comunidades de El Salvador, no tenes idea de lo difícil que es correr allí, más que acá, en Antigua hice otra, en Estados Unidos hice en California, Boston, en América del Sur. Corri en Perú y las que he hecho en Honduras.
¿Cuál ha sido tu mejor tiempo en ochenta kilómetros?
De diez horas en California, fíjate que fue la carrera más difícil en la que he estado y fue en la que menos tiempo hice, en Boston hice 12 horas y media, pero fíjate que yo creo que no se puede eso de bajar tiempos en carrera de montaña porque depende mucho de la superficie del terreno, porque por ejemplo, en Massachusetts era como ir a la Tigra, pero dentro del parque en el que se hizo la carrera tenia bastantes senderos, pero le dimos vueltas, vueltas, vueltas y más vueltas a los mismos senderos durante ochenta kilómetros, entonces eso te friega mentalmente.
¿Cómo terminas después de correr doce horas en sesenta kilómetros?
Me arde todo, las piernas, los pies desechos. Pero llego, o sea, en unas termino bien y en otras termino más adolorida, pero al final depende de cómo vaya mi preparación, yo siento que en la de California que fue en la que hice menos tiempo llegué más reventada y en la de Massachusetts llegue tranquila, porque yo iba dando varias vueltas en el parque pero no iba corriendo veloz, si no que iba menos adolorida que en la de California.
Espere la segunda parte.