Para ganar campeonatos se requiere de muchas cosas, tener buenos jugadores, buenas estrategias, entrenamientos acordes a las necesidades y a los objetivos, al frente debe estar un entrenador que sea capaz, que tenga conocimientos amplios, que sepa jugar partidos claves y que deje a un lado las malditas cábalas, que esas no te llevan a ningún lado, es el caso de Diego Vázquez, técnico de Motagua.
Vázquez, ayer demostró que no está al nivel de los mejores técnicos que han pasado por el fútbol de Honduras, lo dejó más que claro que él no entra en la lista, lo ratificó en el partido que perdió en las tandas de penales ante Olimpia, el argentino no encontró que hacer en un encuentro que tenía la ventaja a su favor.
Diego Vázquez no sabe de estrategias, no sabe de armar un equipo en partidos claves, lo demostró ante Real España en el estadio Olímpico de San Pedro Sula, cuando jugó la semifinal y la noche de ayer le pasó lo mismo ante Olimpia, era un juego de análisis, de estudios, de tácticas, de estratégias y el argentino se quedó nuevamente corto. Demostró que es incapaz de hacer los mejores planteamientos a la hora de la verdad.
Ante Real España comenzó a demostrar que no está para situaciones difíciles.
A Diego Vázquez lo consumió la cábala, se aferró a ella y dejó el conocimiento y la capacidad a un costado, mantuvo el mismo equipo que ganó en el partido anterior cuando debió hacer varios cambios y darle más energía a sus jugadores, debió cambiar el sistema por una línea de cinco defensas, poblar su medio campo y jugar con un solo punta, sacar a Galvaliz, a Klusener y envíar a Omar Elvir a su posición habitual, esas decisiones las toma un buen entrenador, no un mediocre que mira a la cábala como parte del conocimiento.