La catastrófica derrota de 5-0 que ha sufrido la selección Sub-20 de Honduras ante su similar de Nueva Zelanda, no ha sido una casualidad, no fue producto de una mala tarde o un mal partido que a veces está expuesto todo equipo de fútbol. Ha sido producto de la planificación de su entrenador.
La tremenda y humillante goleada recibida ante un país sin buenos antecedentes futbolistico se ha diseñado y preparado desde adentro de la misma selección de Honduras, un cuerpo técnico desactualizados, ciegos en la elecciones de jugadores, una visión desconectada con la realidad de los jugadores en esta categoría, confiaron en un proceso y en un grupo de jugadores sin evoluciones futbolisticas, la ceguera se ha apoderado de ellos que han confiado en jugadores que no tienen las condiciones físicas para competir en la Copa Mundial Sub-20 de Polonia.
El caso de Carlos Mejía, pasado de libras, un aspecto que no debe presentar un jugador que juega al alto rendimiento en esta categoría, igual situación está viviendo Luis Palma, futbolista que aún no se recupera de una grave lesión que sufrió en su equipo de los Estados Unidos. Su rendimiento ante el equipo de Oceanía lo delató, un nivel muy bajo en un mundial de plena exigencia.
Cuando se hacen malas elecciones en un equipo de jugadores juveniles, el resultado siempre es catastrófico, Selvin Guevera, fue separado del Real España por actos de indisciplina, perdió varias semanas de entrenamientos, pero ha sido uno de los protegidos del cuerpo técnico, Darwin Diego, no ha pasado de jugar de segunda división. Una categoría de muy bajo nivel y abandonada en Honduras y también es protegido de Tabora y sus colaboradores.
Con tantos errores que se han cometido con la Sub-20, lo más probable que en los próximos dos partidos seguirá sumergido ante los rivales, tendrán que enfrentar a la selección de Uruguay y Noruega antes de finalizar su participación en la primera fase.