Uno a uno de Motagua: con Rougier como solución y Estigarribia como un estorbo

Al desnudo.hn no deja pasar la oportunidad de analizar el uno a uno de Motagua el día de ayer en el Nacional.

Jonathan Rougier: Solución, apareció en el momento preciso, se la jugó en el penal de Bengston y se lo atajó, luego intervino con una gran lanzada en un disparo con sello de gol de Edwin Rodríguez. Muy seguro en la cancha.

Omar Elvir: Muy calculador, seguro en su posición, en el segundo tiempo pasó más al ataque cuando Maylor Núñez ya no estaba en la cancha, no estuvo fino con los centros acostumbrados en el torneo.

Pablo Montes: Seguro en el juego aéreo, controló la zona defensiva del equipo, no perdió cuando salió a buscar marcas al costado.

Denil Maldonado: El mejor de la zona baja del Motagua, puso a raya a Jerry Bengston, manejó muy bien el juego aéreo, demostró rapidez y mucha seguridad con el balón, ya no es el futuro, es realidad que ha crecido.

Marcelo Pereira: El talón de aguiles del Motagua, no maneja la zona, es defensa central y juega de lateral derecho, no creó nada en ataque, desconectado, por ratos muy impreciso con el balón.

Reinieri Mayorquin: Puro corazón, mucho oficio, pero sin calidad, se confundió en un claro contragolpe que pudo beneficiar a su equipo, dudó en la jugada, pudo abrir al costado o disparar a la meta, no hizo ninguna de las dos.

Héctor Castellanos: Se paró en el medio campo, no pasó de ahí. Se posicionó de la zona.

Matías Galvaliz: Agarró la pelota y la aseguró, se jugó un buen partido, uno de los mejores del Motagua junto a Maldonado.

Kevin López: Dinámico por su sector, por ese lado se veía venir el gol de Motagua, lo intentó, cuando lo cambiaron de lado para pasarlo a la izquierda, bajó su nivel.

Erick Andino: Se movió por todo el frente de ataque, muy activo y dinámico, pero no le ajustó.

Roberto Moreira: No anduvo fino con la cabeza, tampoco fue un dolor de cabeza para la zaga de Olimpia, buscó las jugadas, no más.

Marcelo Estigarribia: Dormido, así entró a la cancha, luego se convirtió en un estorbo constante para los que llegaban a buscar anotar el gol de la victoria, le quedó muy grande el clásico.

Wilmer Crisanto: Entró cansado y terminó cansado.

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