Tegucigalpa – River Plate no quiere jugar la vuelta de la Copa Libertadores contra Boca, programada para el 9 de diciembre, en el Santiago Bernabéu. El club millonario hizo un comunicado tras comparecer ante la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) en el que “ratifica su rechazo al cambio de sede”.
River remarca que la decisión tomada al trasladar la sede “perjudica a quienes adquirieron su ticket y afecta la igualdad de condiciones a partir de la pérdida de la condición de local”. El club millonario añade que no descarta iniciar las acciones legales “que sean necesarias si se continúa con el fallo en curso”.
En la ida, el 11 de noviembre, 2-2 entre Boca y River en La Bombonera. El 10 el partido fue suspendido por lluvia. El 24 se suspendió la vuelta tras sufrir un ataque con piedras y botellas el autocar de Boca cuando se dirigía a entrar en el Monumental. Los jugadores auriazules Pablo Pérez y Gonzalo Lamardo sufrieron heridas. El encuentro se fijó para el día siguiente, día 25, pero de nuevo se suspendió. El pasado jueves la Conmebol anunció que la vuelta se disputará el día 9 en el Bernabéu.
Los argumentos de River
River argumenta ante la Conmebol que “ responsabilidad por la falla del operativo de seguridad del día sábado 24 del corriente mes, ocurrida fuera del anillo perimetral dispuesto para el evento, fue, además de pública y notoria, asumida abiertamente por las más altas autoridades del Estado. Esto equivale a decir que los hechos que River Plate lamenta -y por los que se solidarizó oportunamente- no son de ningún modo responsabilidad del club”.
El comunicado de River sigue así: “Más de 66 mil asistentes al estadio aguardaron pacientemente durante alrededor de ocho horas el día sábado y volvieron a concurrir por segunda vez al estadio el día domingo. A esos mismos espectadores se les niega ahora -injustificadamente- la posibilidad de presenciar el espectáculo, en virtud de la evidente diferencia de costos y la distancia propia de la sede elegida. Es incomprensible que el clásico más importante del fútbol argentino no pueda desarrollarse con normalidad en el mismo país que en los días que corren se desarrolla un G20. El fútbol argentino en su conjunto y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no pueden ni deben permitirse que un puñado de violentos impidan el desarrollo del Superclásico en nuestro país”.