Oblak salva a un ‘aguado’ Atlético

El Atlético de Madrid y el Villarreal retomaron la competición tras el parón FIFA. El cuadro amarillo con la intención de remontar el errático vuelo en liga de este curso; el colchonero con la de no ceder en su pelea por los puestos más altos de la tabla. El ‘Submarino’ se le resistió durante los últimos años al equipo de Simeone, un problema, un escollo, un incordio especialmente en el Estadio de La Cerámica.

El Cholo apostó, ante la ausencia de Diego Costa y el partido de la semana que viene ante el Dortmund, por un once con cuatro medios de corte más clásico –KokeSaúlRodri Thomas-. Pero el experimento le duró media parte. Y no es que el equipo rojiblanco no lo hubiese hecho bien, que estaba un poco en la línea de siempre, sino que da la impresión de que el Cholo no se siente cómodo lejos de su tradicional 4-4-2. Cualquier prueba a lo largo de las semanas que pretende innovar algo se cae a las primeras de cambio o, a veces, ni siquiera llega a plasmarse sobre el césped.

Con grandes futbolistas como tiene, con una de las mejores plantillas de Europa, el Atlético no sale nunca de su zona de confort. Es la que le ha permitido lograr los títulos en estos cursos, la que le permite estar en la zona alta de la tabla pero que sin embargo, a algunos les sabe a poco a cuenta de la calidad que hay en ese plantel. El Atlético vivió en Villarreal, como viene haciendo casi siempre, de la efectividad de cara a puerta de sus hombres -que penalizan cualquier error- y de la seguridad de un Jan Oblak que es el mejor portero del mundo, sin duda. Por eso es inquietante que no termine de renovar.

En cuanto al Villarreal, qué decir. Es complicado entender que el cuadro castellonense tenga los problemas que tiene si juega todos los partidos como lo hizo ante el Atlético de Madrid. Los de Calleja tuvieron personalidad, juego y ocasiones. Y a los puntos merecieron mucho más que su discreto rival. El agua amenazaba ser el protagonista del partido, pero no hubo ni rastro de este elemento. Bueno sí, en la aguada versión colchonera. Ni tan férrea en defensa, ni tan intensa en la recuperación, ni tan letal en ataque… En cualquier caso, un punto, que suma. Y así ha ido haciendo camino el equipo del Cholo en estos años, así que…

El Atlético protagonizó la primera ocasión del partido, un cabezazo alto de Giménez a la salida de un córner. Pero fue el cuadro castellonense el primero que metió medio poco después de los diez minutos. Un centro de Mario Gaspar desde dentro del área que se paseó por la línea sin que Gerard pudiese embocarlo. El balón le llegó a Funes Mori que remató pero el balón tocó se estampó en la defensa.

Acto seguido, el Atlético reclamó unas manos Álvaro en el área como penalti, pero el colegiado, tras consultar con el VAR, entendió que aunque sí había impactado el balón -fue un rebote- en la mano (separada del cuerpo) del zaguero, había sido involuntaria. No tiene suerte el equipo rojblanco con estas jugadas, por decirlo de alguna forma.

Fue una jugada que en cierto modo hizo despertar a los colchoneros, que encadenaron tres jugadas de peligro. Una media vuelta de Kalinic que se fue a córner; sobre todo un disparo de Griezmann desde la frontal que se marchó alto; y un cabezazo de Saúl que salió centrado sin problemas para Asenjo.

El partido se movía en un duelo alterno de ocasiones, de dominio. Le tocó al Villarreal a la media hora con un disparo de Fornals que se marchó pegado al palo de Oblak, tras una triangulación fulgurante del ‘Submarino’. Y una nueva llegada con un remate mordido de Costa en el que el meta esloveno tuvo que volar para sacar el balón.

CAMBIOS A MITAD DEL PARTIDO

El Atlético sufría en las transiciones rápidas de los de Calleja, y el Cholo introdujo cambios en la segunda mitad, nada más comenzar. Sacó del campo a Rodrigo Kalinic, que no lo estaban haciendo mal. E introdujo a Lemar Correa para buscar más profundidad. Aunque el francés más adelantado. Es complicado saber qué habían hecho, o mejor qué no habían hecho, el croata y el madrileño para salir tan pronto del equipo. Pero más que méritos o deméritos, una vez más parece ser una cuestión de la dichosa jerarquía.

En este caso no es fácil saber qué incidencia tuvieron los cambios, aunque supuestamente ninguna en que el Atlético se adelantase. Un saque de falta que Funes Mori prolongó hacia atrás sin querer, el balón se estrelló contra el larguero y el balón salio en parábola para que Filipe Luis marcase de cabeza.

Un 0-1 que en otra época habría sido más que suficiente para que el equipo rojiblanco se llevase los tres puntos. Pero no es ese Atlético ya y el escenario y el rival ya le mostraron en su día a los de Simeone ser capaces de darle la vuelta a los partidos. Primero fue Oblak el que evitó el empate, tras una jugada al primer toque, en la que el catalán se plantó solo ante el esloveno y se la intentó picar, pero el balcánico anduvo rápido y evitó el tanto.

Cuando no pudo fue poco después, en una acción llena de rechaces en el área rojiblanca, con un balón que nunca debió llegar a Costa, que la pegó rasa, extraña, y pasó entre una nube de piernas y jugadores. Poca atención y menos mordiente de lo habitual en la defensa. Empate en un partido que definitivamente se volcaba hacia el lado local.

Ahí apareció el mejor Oblak para que el partido no se derrumbase por completo. Primero a una doble ocasión con dos disparos de corta distancia de Trigueros Gerard. Y un minuto después, un mano a mano clarísimo en el que le sacó a Bacca el balón con la punta de los dedos. Increíble lo del esloveno. Fue la última acción del colombiano, que se lesionó cuando llevaba sobre el césped apenas diez minutos. Y otra dos más, de Ekambi y de Gerard, que el meta también conjuró. TOMADA DE MUNDO DEPORTIVO

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