Como ya es un hábito en el diario digital Aldesnudo.hn, cada vez que termina el torneo de la Liga Nacional en el fútbol de Honduras, se eligen a los peores jugadores, esos que no estuvieron a la altura para desempeñarse de la mejor en el alto rendimiento, futbolistas que no estuvieron al nivel de exigencia de los partidos profesionales.
José Mendoza: El portero del Olimpia ha estado brillando en los últimos años por su ausencia en el fútbol de Honduras, los mejores partidos que ha disputado con el Albo, fueron en el banco de suplentes o en las graderías.
Elmer Guity: Fue una vergüenza, destacó por sus grandes actos de indisciplina, se convirtió en un problema para el Victoria de La Ceiba, fue separado del equipo antes de finalizar el Torneo de Clausura.
Ever Alvarado: En este Torneo de Clausura, no estuvo a la altura, no tuvo nivel para vestir la camisa del Vida, se dedicó a regalar goles, se veía muy lento ante los atacantes, siempre llegó tarde a la marca, fue un gran aliado para los atacantes rivales.
Marcelo Pereira: Un desconocido de primer nivel, nunca género seguridad en la defensa del Motagua, al contrario, se convirtió en un problema para su portería, en todo el torneo se vió débil, un colaborador con el rival.
Kevin Álvarez: Un lateral derecho que se convirtió en harina, débil en todos los sentidos, se lesionó por todo, hasta por una picada de sancudos, no abonó en nada en Motagua.
Jan Maciel: Le ha quedado grande la camisa del Olimpia, en ningún partido estuvo a la altura, le faltó de todo en los partidos, sin gol, sin capacidad para marcar, uno más que recibió oportunidades por tener simpatía con el técnico.
Claudio Innela: El peor volante central de todos los que juegan en el fútbol de Honduras, un mediocre en su totalidad, lento en todos los sentidos, un incapaz de primer nivel, un protegido por el técnico del Real España, que no debió fichar con el equipo sampedrano.
Alejandro Reyes: Se mantuvo durmiendo en todo el Torneo de Clausura, nunca despertó, sin sangre para jugar fútbol, las veces que entró a la cancha, se dedicaba a caminar, un fiasco total. Está perdido.
Diego Rodríguez: Con el rendimiento que tuvo en Motagua, tiene que salir del equipo, le pesó el cuerpo para correr, incapaz de hacer un cambio de ritmo.
Bryan Moya: Un pensionado en Olimpia, se olvidó de jugar fútbol, desconocido, uno menos cada vez que entraba a la cancha. Pasó todo el torneo en una hamaca que estaba amarrada en un árbol.
Edwin Solano: Un torneo para el olvido, nunca entendió las indicaciones que le daba el técnico cada vez que entraba a la cancha, estuvo descontrolado en los pocos minutos que disputó con Olimpia, otro fiasco.
Jack Baptiste: Una real promesa que se fue al Olimpia a arruinar su carrera, no fue tomado en cuanta y cuando dispuso de algunos pocos minutos, no estuvo a la altura, decepcionante en todo.
Darixon Vuelto: Sus actuaciones indican que no sigue amando el fútbol, muy limitado en todo, no ayudó en nada a su equipo ni a sus compañeros, se llevó el Torneo de Clausura jugando vídeos juegos con sus amigos.
Roberto Moreira: Quedó en historia, jugó con lo bueno que hizo en Motagua hace varios años, demostró no tener el nivel para seguir vistiendo la camisa del equipo capitalino.
Josué Vilafranca: Este es el campeón de la mediocridad, hasta la fecha, no ha aprendido a controlar un balón, fue desastroso dentro del terreno de juego, debería de regresar al inferiores.
Héctor Castellanos: En todo el Torneo de Clausura, no hizo otra cosa que pagar patadas al rival, un improductivo de etiqueta mundial.
Bonieck García: Los pocos partidos que jugó con Pedro Troglio, se vió con el ritmo de un anciano que sospecha que va a morir en los próximos meses, dejó de ser una solución para Olimpia.
Rembrandt Flores: El más vago de todos, se le olvido que el Vida lo contrató para anotar goles y asistir a sus compañeros, no hizo ninguna de las dos funciones, para rematar, dejó el equipo para irse a jugar partidos burocráticos en los Estados Unidos.
Pedro Báez: Inservible de primer nivel, la mediocridad en su máxima expresión.
Nahuel Molina: El tremendo negocio de Héctor Vargas en el Victoria, el delantero argentino fue el capitán de la mediocridad en el equipo ceibeño.
Rafaél Agamez: Sobresalió en el Vida por chuparse todo alcohol que encontró a su disposición, no se dedicó a jugar, prefirió el chupe que el fútbol.
Cristian Sacaza: Otro que se dedicó al chupe, superó a Drácula con más noches de desvelo en los últimos seis meses.
Santiago Montoya: El colombiano vino a ganarse los dólares más fáciles que pudo adquirir en su vida, un vulgar en su totalidad.
Eddie Hernández: Sin sangre para jugar fútbol, nunca luchó ante ningún defensa, un delantero especialista en ser un incapaz en todo.
Oscar Salas: El mejor rendimiento que tuvo en el Victoria, fue en el chupe, fichó con el equipo ceibeño para tomarse todo el alcohol que existe en la ciudad.
Germán Águila: El delantero de Potros de Olancho, no sabe lo que es jugar un partido profesional, no tiene idea de lo que es moverse a un costado para recibir el balón, destacó más por su lentitud sobre la cancha.
Héctor Vargas: Provocó un genocidio futbolistico en el Victoria, la mediocridad en su máxima expresión a la hora de dirigir en la Primera División, dejó un problema en el equipo ceibeño.