Fueron tantas piezas que nunca encajaron en la maquinaria y eso hizo que la selección de Honduras nunca se moviera del hoyo en el que siempre estuvo metido, hoy, sigue peor, es el equipo más malo de la CONCACAF, los números lo indican. Por mucho que algunos digan lo contrario.
La medicina siempre ha servido para curar enfermedades, también previenen, así como es la práctica del deporte, en este caso, la solución para el fútbol hondureño es la separación del técnico colombiano, Hernán Darío Gómez, terminó siendo el capitán del barco y nunca hizo nada para sacarlo a flote, para comenzar a ordenar el fútbol catracho y no siga cayendo en más vergüenzas, al primero que deben de cortar es al técnico, siempre pasa, máxime cuando el proyecto nunca caminó, no se miró ninguna mejoría, tampoco se generaron esperanzas que las cosas se iban a hacer bien.
Lo primero que deben de hacer las autoridades que manejan el fútbol hondureño es pedir un informe al “Bolillo” Gómez, sin necesidad de leerlo, deben de separarlo, luego se tomarán algunas decisiones sobre varios jugadores que mostraron no tener las competencias para vestir la camisa de la H, después, llegará el turno a los directivos para hacerse a un costado y que vengan gente con otras ideas y más trabajo.
Las cosas están para cortar al técnico en el transcurso de esta semana, los números dieron las pautas para tomar esa decisión, “Bolillo” Gómez, agarró a la H con posibilidades de clasificación, estaban en juego 24 puntos, apenas sumó uno, de ocho partidos oficiales que dirigió, perdió siete y empató uno. Suficiente para enviarlo de regreso a Colombia y con regrese más a Honduras.