En su segundo regreso a Olimpia, el defensor, Bryan Beckeles, está viviendo momentos duros y complicados en su carrera, no juega, no deja de ser un suplente más, no le ha funcionado la estrategia que utilizó en los primeros meses de Pedro Troglio en el equipo. En aquel momento el ex jugador del Nashville tuvo al alzar el tono de voz para jugar.
Después que Beckeles fue dado de baja por el Necaxa de México, el ex mundialista de Brasil 2014 tuvo que regresar a Olimpia, equipo de donde salió al Boavista de Portugal. Antes de fichar con el cuadro del país azteca, en aquella ocasión, justo cuando Pedro Troglio no conocía el fútbol de Honduras, Beckeles no era tomado en cuenta, apenas jugaba, una decisión que tenía fastidiado al jugador, que tuvo que utilizar una estrategia de protesta y de esa manera se ganó la titularidad en contra de la voluntad de Troglio.
El argentino ha respetado el buen rendimiento que han mostrado los jugadores sobre la cancha. (Foto. Olimpia.
Ya se habían jugado varias fechas del Apertura del 2019 y Beckeles no tenía minutos, se llevaba el tiempo en el banco de suplentes, de pronto todo cambió después que Olimpia recibió una goleada de 4-1 ante el Saprissa de Costa Rica, fastidiado por el resultado y la inconformidad de no poder jugar, el defensa catracho le hizo un fuerte reclamo a Pedro Troglio ante de iniciar un entrenamiento en el estadio estadio Nacional de Tegucigalpa, Beckeles, en aquella ocasión le dijo al argentino que él tenía molesto al grupo por no hacer cambios en los partidos, fue fuerte el reclamo del defensa que intimidó a Troglio, para la siguiente fecha le dio la titularidad en el equipo y no volvió a sacarlo más, hasta que logró fichar con el equipo de la MLS.
En esta ocasión, la presión de Bryan Beckeles por jugar no ha sido escuchada por el entrenador.
Un año después, Bryan Beckeles, regresó al equipo pero esta vez las cosas son diferentes, Pedro Troglio. Tiene el control, es el que manda y el defensa hondureño aunque pretenda alzar la voz, no será escuchado y se tiene que conformar con ser un suplente más y esperar que el equipo tenga un partido de trámite para que pueda jugar, como sucedió ante Marathón.
