Los equipos que se dedican a jugar a lo que salga, es muy difícil que logren el objetivo, ganar el campeonato jugando al pelotazo, es casi imposible, hoy quedó reflejado en la final que Olimpia le ganó por un global de 3-0 al Marathón que dirige Héctor Vargas.
Troglio volvió a reír, sin tener grandes jugadores en el plantel, el entrenador argentino fue más estudioso y se dedicó a trabajar el partido en el transcurso de la semana, sabía que el rival no tenía argumentos de buen juego, por lo tanto, cortar el pelotazo frontal era la clave para lograr el objetivo y eso fue lo que pasó.
Troglio demostró nuevamente que una final se gana preparándonla, entrenandola, diseñandola, con mejor estrategia y sacando provecho a las competencias de sus jugadores, por eso pegó dos veces en menos de cuatro días, ganó en Tegucigalpa y volvió a ganar en esta tarde en el estadio Yankel Rosental de San Pedro Sula.
Mientras tanto, Vargas no aprende, las finales se ganan con preparación, con paciencia y con orden técnico y táctico, no de la forma que el argentino ha pensado, tirando pelotazos a cualquier lugar, es el Marathón de Héctor Vargas, un equipo que se ha dedicado a jugar fútbol sin sentido, práctica un fútbol de bajo nivel, que le han dado resultado en una liga que ha sido mediocre en Honduras, pero ese fútbol no te llevan a ganar ninguna final, Troglio lo entendió y sacó provecho para ganar la copa número 32 ante un mediocre Marathón, equipo que nunca reaccionó sobre la cancha.