Desde la llegada del argentino Cristian Maidana de 33 años al Olimpia, el año pasado preveniente de un equipo de bajo nivel de Brasil en donde no jugaba, el futbolista sudamericano con poco o nada se ha metido a la bolsa a la directiva que le paga más de 10 mil dólares mensuales y a la afición que ha demostrado mucha admiración por el juego improductivo del futbolista.
“Maidana es lo mejor del fútbol de Honduras, es el más técnico que he visto, nadie juega como él, es un jugador de nivel”, dijo un aficionado olimpista cuando se refirió al futbolista argentino.
“Cuando Maidana está dentro de la cancha, Olimpia es otro equipo, las jugadas que hace Maidana no se las veo a nadie en Honduras”, manifestó otro admirador del jugador argentino, un futbolista que se ha quedado corto con su rendimiento en el equipo.
Maidana no es titular indiscutible, no se ha podido consagrar en el equipo, no juega ni la cuarta parte del nivel que demostró el en equipo, Danilo Toselo, tampoco de acerca a la productividad del brasileiro, Luciano Emilio, ambos futbolistas llegaron a plenitud de su carrera y lograron conquistar a todos con mucha entrega y buen fútbol dentro de la cancha, convirtiéndose en dos ídolos en el mundo olimpista.
Maidana tiene bien estudiado a la directiva del club y a sus aficionados, basta con entrar al campo y comenzar a jugar de lujo, entregarle el balón de taquito al compañero, enviar un pase al compañero viendo para otro lado, hacer un amague con el balón y salir jugando para otro lado, no sabe anotar goles, eso lo ha demostrado a lo largo de su carrera, eso ha sido suficiente para conquistar a una afición de Olimpia que en los últimos años son menos exigentes con los jugadores extranjeros que han llegado al club.
De analizar el rendimiento del argentino en Olimpia, ha sido bajo, no juega al nivel del juvenil Edwin Rodríguez, tampoco está por encima de Carlos Pineda, no rinde igual que Jorge Benguché, no se esfuerza en la cancha como lo hace el golpeador Jerry Bengtson, pero hace jugadas de lujos, al final son improductivas, fastidian al compañero dentro de la cancha, pero embrutecen al directivo y al aficionado.
El argentino tiene ocho meses de estar con Olimpia, no habilita a sus delanteros, tampoco anota goles para el equipo como lo hacía Danilo Toselo. Pero tiene un plus a su favor, es pintozo con el balón dentro de la cancha.
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