Comenzaron la jornada en la 15º y la 18º posición, pero Aston Villa y Southampton han conseguido poner a Liverpool y Manchester City en más aprietos que muchos equipos de la parte alta de la clasificación. Tremenda jornada en la Premier League, donde los dos favoritos al título han estado a punto de hacer aguas contra dos modestos conjuntos que creyeron que el milagro era posible. Los reds, que empataron por insistencia en el 87 y remontaron en el 94, dejan su ventaja intacta frente a los citizens, que lograron remontar también en el 87.
A los de Klopp no pareció acompañarles en un principio ni la suerte ni el oficio, y, a pesar de que dispararon casi 20 veces, de que acumularon más de tres cuartas partes de la posesión y de que dispusieron de mejores ocasiones, lo cierto es que los villanos firmaron un partido tremendamente serio. No es, sin embargo, una sorpresa, ya que a pesar de que han conseguido sacar adelante los últimos partidos, incluso con goleadas, los reds llevan tiempo tambaleándose y parece cuestión de tiempo que llegue el tropiezo definitivo que les haga caer.
Pero la suerte del campeón, la que puede hacer que los de Liverpool levanten una Premier tres décadas después, se materializó en Robertson, que empató en el minuto 87 provocando que Klopp, cargado de tensión, lanzase puñetazos al aire en una imagen que nadie podría haberse imaginado antes del encuentro. Su gestualidad cuando Mané anotó el 1-2 en un remate de córner en el 94, no tiene siquiera descripción posible.
En una situación parecida se pudo ver también a Guardiola cuando cambió a Agüero en los instantes finales de su partido tras conseguir la remontada, mostrando una vez más el duelo tan bonito e intenso que existe en la Premier entre los dos mejores entrenadores del mundo.
Aun así, para los citizens fue especialmente dolorosa la remontada del Liverpool si se tiene en cuenta lo que sufrió el Manchester City para remontar ante un equipo que hace una semana encajó un 0-9 ante el Leicester y al que ellos mismos endosaron tres en el partido entre semana de la copa. Sufridísima victoria de los de Pep Guardiola, que, sin embargo, solo obtienen como premio mantener la distancia en seis puntos.
Por su parte el Arsenal, que no hizo un gran partido en ataque pero que supo defender mucho mejor que en anteriores jornadas, consiguió rascar un punto ante un Wolves que le puso en muchísimos apuros. Los de Emery, que no están pasando por una buena racha y que fueron eliminados de la Copa de la Liga en penaltis entre semana ante el Liverpool, consiguieron adelantarse gracias a un gol de Aubameyang, que sigue fiel a su cita con el gol. Pero los de Nuno, que merecieron mucho más, consiguieron al menos el empate con un gol en el 76 de Raúl Jiménez, que poco a poco se va confirmando con más claridad como el líder del ataque del equipo.