Cosas de locos, te recibo mal en mi casa, pero quiero que seas muy amable y bondadoso conmigo cuando valla a la tuya, quiero que me entregues la llave para organizar una fiesta, quiero felicidad y mucha comodidad, si hay placer de por medio, mejor, así quiere Motagua que lo traten en el Yankel Rosenthal de San Pedro Sula, después que le tiró clavos, fuego, insultos, ofensas y puso en riesgo la integridad física de los jugadores del equipo sampedrano a su llegada al estadio Nacional de Tegucigalpa el domingo pasado en el partido que Motagua derrotó 2-0 a los esmeraldas.
En los últimos meses Motagua ha sido muy desleal con los equipos que vienen a jugar a Tegucigalpa, no han sabido respetar el juego limpio que la FIFA exige, el equipo capitalino no tiene idea de lo que eso, han perdido los escrúpulos por la idea e intenciones de ganar, es común y normal encontrar sal y azúcar regados en los camerinos de los equipos que han visitado al Motagua en el Nacional, Marathón lo vivió en este primer partido de la semifinal, además, la integridad física de sus jugadores estuvo en riesgo cuando los jugadores se bajaron del bus para ingresar al estadio, se vieron atrapados y vulnerables, estuvieron a merced de la afición, fueron ofendidos por la barra local y por milagro de la vida no pasó de ofensas.
Marathón recibió un ambiente hostil en su vista al Nacional, encontró la pizarra de su camerino lleno de aceite y a la salida del estadio, ya cuando regresaban a casa, fueron agredidos por los aficionados de Motagua. ¿Qué puede pedir Motagua en el Yankel Rosenthal si no tuvo la capacidad de recibir de la mejor manera a su contrincante? ¿Debe Marathón tirarles clavos y algo más en vez de flores así como ellos exigen? El mensaje es claro, el Yankel Rosenthal es para la Furia Verde, la clasificación se ganan en casa y a como de lugar, Motagua lo ha sabido hacer, ganan jugando de la mejor manera sobre la cancha, eso nadie lo discute, también hacen las cosas muy bien cuando es extra futbolisticos. Esconden las pelotas, descinflan los balones, aparece la sal y el azúcar en los camerinos de los equipos. Su portero es el mejor actor que se ha visto en el mundo del fútbol. Marathón, en casa hará lo mismo y algo más.
El equipo sampedrano no recibió amor, respeto en su visita al Nacional, nadie tuvo piedad de ellos, Astan Bodden cometió una irresponsabilidad de agredir al argentino Galvaliz y la afición del ciclon reaccionó lanzando un objeto que pudo lastimarlo, esto y mucho más le espera al Motagua en el Yankel Rosenthal, son visitante y ellos han enseñado a los equipos como se tratan a los visitantes, con hostilidad, con insultos, con maldad, con irrespeto, así que no lloren, al contrario, deben de apretarla y abrazarse de los militares que los resguardarán desde el principio hasta el final, que por cierto, lo paga el pueblo hondureño con sus impuestos.