TEGUCIGALPA – Para quien les escribe, esta final de la Copa Libertadores entre Boca y River es el mayor acontecimiento que ha vivido el fútbol desde sus orígenes. Una rivalidad que no tiene comparación y que tendrá como premio ser el campeón de América.
Nunca se había dado que el clásico de un país definiese al campeón continental. Desde 1908 hasta la fecha, los dos clubes más importantes del país se enfrentaron en 247 oportunidades, el club xeneize ha conseguido 7 victorias más.Sir Alex Ferguson definió el Superclásico argentino como «el partido que siempre he querido ver». Palabras mayores.
Los mejores Superclásicos de la historia
Boca 1 [5] – River 2 [4] (17 de junio de 2004, Copa Libertadores). El Monumental vacío y la gallina de Tevez
Boca Juniors y River Plate disputaron en 2004 las semifinales de la Copa Libertadores. En el partido de ida, Boca Juniors se impuso en La Bombonera con un solitario gol de Schiavi. Por lo abierto que estaba todavía el resultado, el encuentro de vuelta se presentó con un cartel inmejorable. Además, el encuentro se jugó sin público visitante por precaución.
River consiguió marcar en el arranque de la segunda mitad. Un latigazo de Lucho González adelantaba al equipo millonario y empataba la eliminatoria. Minutos antes habían expulsado a Fabián Vargas, por lo que el partido se ponía muy de cara para los locales. River Plate estaba más cerca del segundo hasta que, en una jugada aislada, Guillermo Barros Schelotto tiró de picaresca para expulsar a Rubens Sambueza por insultar al línea.
Por si las cosas no iban del todo bien, Ricardo Rojas, lateral de los locales, se tuvo que retirar antes de tiempo del terreno de juego por lesión. A RIver ya no le quedaban cambios, por lo que solo terminarían el encuentro nueve futbolistas millonarios.
En el minuto 89 llegaría el gol de Carlos Tevez que, después de fusilar a Germán Lux, celebraría el gol haciendo la gallina (como solía hacer habitualmente) algo que Héctor Baldassi interpretó como una provocación y expulsó al delantero xeneize. Ambos equipos con nueve jugadores y una eliminatoria que parecía resuelta.
A River le quedaba una última bala, un tiro libre desde 35 metros ejecutado por Fernando Cavenaghi que cayó en los pies de Cristian Nasuti y enloqueció a las 66 mil personas presentes con un gol dramático en el minuto 94 que igualaba la eliminatoria.
La semifinal se decidiría en los penaltis. Ambos equipos anotaron sus primeros cuatro pero Maxi López falló el quinto de River Plate. Todo quedaba en los pies de Javier Villarreal, y el jugador de 25 años en ese entonces no falló con un remate certero que enmudeció a todo el Monumental.
Boca llegó a la final por cuarta vez en cinco años y River Plate fue eliminado por su rival más odiado en la competición continental más importante de América una vez más.
River 1 – Boca 2 (25 de octubre de 1997, Apertura). La despedida de Maradona y la aparición de Riquelme
El Monumental fue testigo de un hecho histórico sin saberlo el 25 de octubre de 1997. River Plate dominaba a placer el que parecía ser un Superclásico más frente a un Boca Juniors operante. De hecho, el resultado al descanso favorecía a los locales, 1-0.
En la segunda parte, Maradona no salió al campo y en su lugar entró un pibe que había debutado apenas un año antes llamado Juan Román Riquelme. A su espalda lucía el número 8 y sustituía al eterno diez argentino por antonomasia.
Boca consiguió darle la vuelta al partido en el segundo tiempo con goles del ‘Huevo’ Marcelo Toresani y de Martín Palermo.
Maradona anunció su retirada como futbolista tras ese partido a los 36 años. El jugador al que varios consideran como el mejor de la historia no volvería a jugar profesionalmente nunca más.
Boca 3 – River 0 (10-4-1981). Fillol y el primer Superclásico de Maradona
El primer superclásico de Diego Armando Maradona con la camiseta de Boca fue una fiesta total con goleada incluida. El colofón fue el gol que marcó Maradona, el tercero de los xeneize, dejando de rodillas a Ubaldo Fillol, uno de los mejores porteros de la historia del fútbol argentino, a sus 20 años de edad.
Maradona recibió un centro completamente desmarcado, controló con sutileza en el aire y dejó por los suelos a un Fillol y a un defensor millonario en su primera aparición en un Superclásico.
River 3 – Boca 1 (8 de octubre de 2006, Apertura). La exhibición de Higuaín ante el Boca de LaVolpe
Boca venía de ser bicampeón del fútbol argentino y marchaba primero en la tabla de posiciones. El equipo dirigido por aquel entonces por Ricardo LaVolpe sumaba, además, un invicto de 22 partidos. Por su parte, River Plate no pasaba por un buen momento. Aunque estaban a cuatro puntos de los punteros, los de Passarella habían cosechado dos empates sobre la bocina que habían dejado tocado al conjunto millonario.
Pero en un Superclásico todo se olvida. Aquel día el River de Passarella tuvo un juego impecable y con un Gonzalo Higuaín inspirado que marcó dos golazos, se llevó el partido.
Finalmente esa derrota le costó el título a un Boca Juniors que perdió el título a manos de Estudiantes de la Plata.
River 5 – Boca 4 (15 de octubre de 1972, Torneo Nacional)
En 1972 se jugó el que muchos consideran el mejor Superclásico de la historia. El resultado del mismo dice mucho: River Plate ganó el partido 5-4 a Boca Juniors. Cabe destacar que durante una gran parte del encuentro ganaba 4 a 2, tras empezar perdiendo 2-0. En definitiva, un partido loco, pero también considerado como una de las mayores remontadas de la historia de los Superclásicos.
El encuentro se disputó el 15 de octubre en la primera jornada del Nacional, y, paradojas de la historia, no se disputó ni en La Bombonera ni en el Monumental: el escenario fue la cancha de Vélez. Los goles Para River los convirtieron Morete y Más en dos ocasiones y Mastrángelo y para Boca hubo un doblete de Potente, uno de Curioni y otro de Ponce.
Boca 0 – River 2 (6 de abril de 1986, Torneo 85/86). La pelota naranja, el ‘Beto’ Alonso y la vuelta olímpica.
River Plate se presentaba en La Bombonera como campeón del torneo. Ya había festejado unas fechas antes, pero el equipo que dirigía el Bambino Veira quería dar la vuelta olímpica en el estadio de su rival. Pese a que se desaconsejó que lo hiciesen, los jugadores del Millonario, liderados por el ‘Beto’ Alonso, dieron la vuelta olímpica antes del inicio del partido.
El encuentro tenía un condicionante especial. El ‘Loco’ Gatti había pedido la semana del partido que se jugase con una pelota naranja. «Jugamos en Kiev con la Selección Argentina. Nevaba, hacía mucho frio y no se veía nada. Ahí aprendí que, como no se veía la pelota con la nieve, se usa una de color naranja. Entonces, al poco tiempo, pedí antes de un Boca – River que, como suelen tirar papelitos a la cancha, se jugara con una pelota naranja para poder ver sin problemas», cuenta el arquero a este periódico.
«Fue especial. Habíamos salido campeones y dimos la vuelta olímpica antes del inicio del partido. El ‘Loco’ fue a firmar un día antes y había pedido, como había jugado en Rusia con la selección, que se jugase con una pelota de color naranja para que no le molestasen los papelitos. Entonces, cuando fui yo, me dijeron que Gatti había pedido que se jugase con una pelota de colores y yo le dije ‘Me da igual el color, de todas formas la va a ir a buscar adentro’. Y así fue. En una falta, me desmarqué en el segundo palo y rematé sin opciones para él», relata el ‘Beto’ Alonso a As.
Meses después, aquel River ganaría la Copa Libertadores y la Intercontinental en un año glorioso para el club. Pumpido, Ruggeri, Enrique, Gallego, ‘Beto’ Alonso, Alzamendi, Funes… Un equipo con muchísima calidad que se quedó en la memoria de todos los hinchas millonarios por su desempeño en el césped y por partidos como el de la pelota naranja en La Bombonera.
Gallardo y Guillermo, la nueva generación de DTs argentinos
Marcelo Gallardo y Guillermo Barros Schelotto, Guillermo Barros Schelotto y Marcelo Gallardo. Ambos son dos de los técnicos argentinos que más futuro tienen desde los banquillos. Su edad y su buen rendimiento al frente de los clubes de los que fueron jugadores, les convierte en carne de ser entrenadores importantes en un futuro no muy lejano. Representan a la perfección la nueva generación de jóvenes entrenadores del país.
El ‘Muñeco’ tiene 42 años y la experiencia en el banquillo de River Plate es la segunda de su carrera. El preparador de Merlo pasó, antes de por el ‘Millonario’, por Nacional de Uruguay, en el que conquistó el título del torneo doméstico 2011-12. En 2014 asumió como primer entrenador de la entidad de Núñez y desde entonces no paró de lograr triunfos y trofeos. De hecho, y antes de la disputa de la final de la Copa Libertadores, es el segundo que más ha ganado en el club. Siendo superado sólo por Ángel Labruna (22), toda una institución en River por sus goles y por sus logros como técnico.
‘Napoleón’, además, ha conseguido alcanzar el mayor invicto de la historia de River Plate. El 6 de octubre de 2018 logró la cifra de 32 partidos consecutivos sin perder, superando ningún registro antes visto en el conjunto millonario.
River Plate, bajo su batuta, ha ganado dos Copa Argentina, una Supercopa Argentina, dos Recopa Sudamericana, una Suruga Bank, una Copa Sudamericana y una Copa Libertadores. Además de llegar a la final del Mundial de Clubes de la FIFA en 2015.
Su estilo como entrenador es muy reconocible. Gusto por la circulación rápida de balón, a poder ser por abajo, y mucha creatividad en ataque. De hecho, durante toda su etapa en River Plate se ha visto su apuesta por jugadores talentosos en los metros finales. Ahora son el ‘Pity’ Martínez y Juan Fernando Quintero los que llevan el peso de la magia en tres cuartos. Con un habitual 4-4-2, ha pasado también por el 4-3-1-2 e incluso por la defensa de tres centrales.
«Marcelo (Gallardo) es un técnico muy ganador. Siempre requiere un esfuerzo máximo del jugador. Le gusta el buen juego. Al estar en River es lo que tienes que ofrecer… Al final la gente de River tiene ese paladar. Desde la grada se pide eso. El técnico tiene que intentar ofrecer esa versión en el campo. Marcelo eso siempre lo entendió bien…», contaba a este periódico Javier Saviola, quien fuera compañero y díscipulo suyo.
Guillermo Barros Schelotto, de 45 años, se inició en los banquillos en Lanús. En su primera etapa como técnico llevó a Lanús a ganar la Copa Sudamericana 2013, el segundo campeonato internacional que conquistaba la entidad en su historia. Aquel equipo dejó grandes recuerdos en el fútbol argentino, por su pragmatismo y el fortalecimiento físico que llevo a cabo el preparador físico Javier Valdecantos. Antes de regresar al club que fue ídolo como futbolista tuvo un breve paso por el Palmermo italiano que no pudo alargarse más en el tiempo (4 partidos) por un problema con su licencia de entrenador. En 2016 es nombrado entrenador de Boca Juniors y ha conseguido ganar dos títulos de Primera División consecutivos (2016-17 y 2017-18). Su asignatura pendiente es la Copa Libertadores. En 2016 cayó en semifinales frente a un sorprendente Independiente del Valle.
El ‘Mellizo’ es el personaje que más títulos acumula en Boca Juniors. Si juntamos lo obtenido desde el césped y desde el banquillo nos encontramos con 18 trofeos. El vigente entrenador xeneize suma ocho torneos locales (seis como futbolista y dos desde el banco), cuatro Copa Libertadores, dos Copa Intercontinentales, dos Copa Sudamericanas y dos Recopa Sudamericanas. Un palmarés impresionante.
Los equipos de Guillermo Barros Schelotto se caracterizan por ser muy físicos, potentes en el choque y que juegan con gran intensidad. Por ello, el preparador físico Javier Valdecantos tiene tanta importancia. Además, son letales al contragolpe. Pese a ser algo rígido tácticamente, también ha movido a su equipo en diversos esquemas. Sus preferidos son el 4-3-3 y el 4-3-1-2. Los laterales tienen una gran importancia en su juego, por ello, se ha visto al colombiano Frank Fabra realizar partidos a un nivel altísimo. Otro cafetero que ha destacado ha sido Wilmar Barrios. El hecho de que Boca ataque con tanta gente, hace que quede expuesto en una gran cantidad de ocasiones, pero con el todo terreno que tiene como pivote, puede permitirse alinear centrocampistas de perfil más ofensivo. Era habitual ver a Pablo Pérez y Fernando Gago junto al colombiano pero vistos los problemas que tiene Boca con el repliegue de sus hombres de más arriba, la apuesta actual es la de juntar a Nández, con una gran cuota de trabajo y una energía brutal, con Wilmar Barrios liberando a Pérez del trabajo atrás.
Dos técnicos con sus similitudes y con sus diferencias, pero dos magníficos profesionales que están en las quinielas de muchos equipos y selecciones para sus próximos proyectos. Gallardo y Barros Schelotto son la clara representación de la magnífica hornada de entrenadores argentinos.
Ramón Díaz y Carlos Bianchi, dos genios contemporáneos
Se podría extrapolar, salvando las distancias, lo que son Guillermo Barros Schelotto y Marcelo Gallardo a lo que Carlos Bianchi y Ramón Díaz fueron en su momento en los banquillos de Boca Juniors y River Plate respectivamente. Dos magníficos técnicos que fueron contemporáneos y que son recordados como dos de los mejores de sus equipos.
Carlos Bianchi, el ‘Virrey’, es el entrenador más querido por parte de la afición de Boca Juniors. En sus tres etapas en club xeneize consiguió tres Torneo Apertura (1998, 2000, 2003), un Torneo Clausura (2000), tres Copas Libertadores de América (2000, 2001, 2003) y dos Intercontinentales (2000, 2003).
«Es uno de los grandes entrenadores que tiene Argentina. Le ha dado grandes satisfacciones al pueblo boquense a nivel internacional. Ha dejado huella por lo que ha ganado, por su apuesta por los jóvenes, por ser competitivo…», comenta sobre Carlos Bianchi Díaz.
Ramón Díaz, conocido como el ‘Pelado’, tuvo una magnífica carrera como director técnico de River Plate. Hizo a River conseguir el Apertura de 1996, 97, 99, Clausura 1997 y 2002, Torneo Final 2014, Copa Campeonato 2014, Copa Libertadores 1996 y Supercopa 1997. Es el que más titulos ha logrado en la entidad (9, siete locales y dos internacionales).
«Es un genio. Admiro la valentía que tuvo de poner un chico de 16 años a jugar en Primera División con la camiseta de River Plate. Siempre le dio mucha importancia a los jugadores de las inferiores, a los que veníamos desde abajo. Es un técnico al que le gusta el juego ofensivo, que lo basa todo en la tenencia de la pelota, siempre busca ser protagonista. Estando en un club como River, además, se requiere eso. Es muy exitoso, en todos los clubes en los que ha estado siempre pone a sus equipos en lo más alto. Con él aprendí mucho, fue mi primer técnico», declara Javier Saviola sobre Ramón Díaz a este periódico.
Es imposible que, cuando uno se refiere a Ramón Díaz, no asocie ese nombre a Ángel Labruna. El que fuese el entrenador más ganador de River Plate hizo debutar al ‘Pelado’ el 13 de agosto de 1978 y, posteriormente, Díaz estampó su nombre junto al de su maestro como los DT’s más importantes del club millonario. «Fue el que me hizo debutar, me hizo crecer al lado de grandes jugadores. Es uno de los grandes entrenadores y, sobre todo, una de las grandes personas que pasó por River. Es el ídolo máximo que existe en la institución por su forma de ser, su carácter, las cosas que ha ganado… A mi personalmente me puso muy feliz superarlo como entrenador en resultados, pero él es el máximo ídolo de River Plate», comenta el propio Ramón Díaz sobre Labruna.