Tegucigalpa – Roger Federer afrontaba su segundo partido en las ATP Finals con la espada de Damocles de la eliminación sobre su cabeza. Hubiera sido, y aún puede ser, la segunda vez en sus 16 participaciones que el suizo caía en la fase de grupos (le ocurrió en 2008). Pero entre las facilidades que le dio su rival, un desdibujado y nervioso Dominic Thiem, y la serenidad e inteligencia con la que jugó el propio Federer, el Genio de Basilea aún puede evitar el KO en la Copa de Maestros.
El hombre que posee casi todos los récords del torneo, y que nunca había llegado al segundo día en las Finals sin sumar ni un set, ganó en dos (6-2 y 6-4), pero no depende de sí mismo para pasar. Podría hacerlo incluso perdiendo el jueves ante Anderson, pero necesita ganar al sudafricano para aumentar sus posibilidades en un grupo, el Hewitt, que se ha liado de lo lindo con los resultados de su segunda jornada. Hasta Thiem, que va 0-2, tiene alguna opción si vence a Nishikori en dos mangas. Habrá que ir al balance de sets y juegos en caso de triples empates.
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Thiem se obcecó al intentar jugar con demasiada agresividad contra Federer. En los intercambios medios le costó mantener la calma. Federer, que empezó fallón, controló después sus errores no forzados (terminó con 11 contra los 34 del austriaco) y estuvo notable con el servicio (86% de puntos ganados con primeros y 81% con segundos), de tal manera que no dio ni una sola opción a Thiem de romperle el saque. El helvético, que no se entrenó el lunes por un resfriado, se lo robó cuatro veces y le complicó todos con clase y genio para sacar adelante una papeleta muy complicada ante un rival que hasta este martes le ganaba en el balance de duelos particulares (2-2 ahora).
«Me he encontrado más feliz y cómodo en la pista y he jugado un poco mejor. Espero tomarme la revancha de la derrota en Wimbledon contra Anderson», dijo tras su triunfo. La clasificación del Grupo Hewitt se resolverá en un jueves apasionante. (AS)
