De exhibición en exhibición, de récord en récord. Este Madrid es insaciable, ya sea mayo u octubre. Ha arrancado el curso 9-0 y desde mediados de abril solo ha perdido un partido de peso, Final Four y playoff incluidos. El miércoles remontó 15 puntos en Milán, a un Armani que acaba de tumbar al Olympiacos en El Pireo, y este viernes cerró la primera semana con doble jornada de la Euroliga con victoria en un partido formidable ante el Baskonia.
Un pulso de un talento enorme, pleno de ritmo, velocidad y acierto, que en el cruce con el minuto 27 reflejaba empate a 65 tras los mejores minutos de Vildoza y Janning y una alarde de fuerza y competitividad de Shengelia. Ahí fue cuando el Madrid quebró a un adversario muy poderoso, que mereció un sobresaliente pero que a falta de 200 segundos perdía ya por 20 (95-75) no se sabe muy bien cómo.
El Real derrota a sus oponentes por asfixia, la del peso de la calidad de su plantilla y sus recursos físicos. Cuando la aguja del cuentarrevoluciones baskonista pisaba la línea roja, el Madrid metió la octava marcha, las que tiene un Fórmula 1, incluso un McLaren. Soltó un latigazo (30-10 en los siguientes 9 minutos, 32-14 hasta el bocinazo final) que rasgó la resistencia vitoriano.
Lo hizo, además, con su máximo anotador, Sergio Llull (23 puntos en 25 minutos tras quedarse a cero 48 horas antes), sentado en el banco gran parte del último cuarto. Era el turno de Campazzo. Y de Carroll, Rudy, Reyes y Tavares. De un equipo que te deja elegir el arma con el que te va a abatir.
Cinco jugadores acabaron con diez o más tantos (Llull, Rudy, Causeur, Randolph y Reyes) y siete firmaron diez o más créditos de valoración. Los cinco de antes más Campazzo y Tavares, que fue un muro: 11 rebotes y 4 tapones). Rudy lo hizo todo (y añadió 4 de 5 de tres), casi como Causeur, y Randolph volvió a mostrar solidez. Y, de paso, regresó Ayón con 4 asistencias tras el susto de sus padres en México.
El Real metió 13 triples con un 52% de acierto, superó también 50% en tiros de dos y tocó el 90% desde la personal (20 de 22), cogió dos rebotes más (aunque cedió ocho ofensivos), repartió 20 asistencias y solo extravió 11 balones en un partido que se jugó a toda mecha. El premio numérico, 120 de valoración. El importante, la grada entregada, la del Palacio, y la que lo ve en televisión. El primero, Doncic, madridista fiel desde su casa en Dallas.
Un triunfo fabuloso para adornar un nuevo récord. Desde ahora Pablo Laso es el entrenador del Real Madrid con más victorias en la historia del club en competiciones europeas: 147 en 208 partidos (70,7% de éxitos). Deja atrás a Lolo Sainz: 146 triunfos en 197 partidos durante 14 temporadas. Y a Pedro Ferrández: 95 victorias en 131 partidos durante 12 campañas. Laso, leyenda blanca. TOMADA DE AS