No ha sido una cosa sencilla. Padilla llegó al equipo recién ascendido como un “bateador emergente” tras la inhabilitación del “Chino”, Reynaldo Tilguath en el equipo minero.
[su_heading][/su_heading]
TEGUCIGALPA. – .El señor de los lentes oscuros, de mirada penetrante, metódico y calculador; no ha logrado penetrar sus conocimientos futbolísticos a los noveles jugadores del Real de Minas.
No ha sido una cosa sencilla. Padilla llegó al equipo recién ascendido como un “bateador emergente” tras la inhabilitación del “Chino”, Reynaldo Tilguath en el equipo minero.
Cuatro derrotas al hilo es hasta el momento su pésima carta de presentación. Sin embrago resulta complicado criticar a este equipo, puesto llegó “accidentalmente” a la primera división.
Decimos accidental, porque ni en el más remoto sueño se esperaba que este equipo de recién formación, llegará a ser campeón en la Liga de Ascenso, “barriendo” a todos sus rivales”.
Fue verdaderamente un equipo sensación. Un equipo revelador y un digno ejemplo de gallardía y espíritu competitivo.
La Primera División, a pesar de muchas carencias, de estar bajo a nivel de Centroamérica, sigue demostrando que es una liga de respeto, donde solo los grandes sobreviven. Si no nos creen, Pregúntenle a la gente del Real Sociedad, que confiado se desforzó totalmente en el ultimo torneo y descendió. O al mismo Social Sol que con una experiencia de 40 años, de entrada, fue despachado como el peor equipo que logró un ascenso.
Por ende, es difícil señalar al autor directo de la debacle del Real de Minas a su dirigentes o jugadores. Es un equipo inexperto, el más inexperto que hemos visto en la historia de la Liga Nacional.