Los directivos del fútbol de Honduras están más putrefactos que el cadáver de un elefante después de 10 días de haber muerto, no importa la categoría, todos son iguales, la corrupción es inmensa, no tienen límites, los daños que le hacen al fútbol no tiene comparación, la resolución que han hecho a favor del Flor de Catacamas, ha cruzado la línea de lo más alto que se puede dar en corrupción y eso ha atrasado que los partidos de la departamental de Olancho se detenga.
A pesar que la Comisión de Disciplina Regional Centro Oriente, determinó que el reclamo que había hecho la directiva del Municipal Guata, era legal, por esa razón otorgó los tres puntos y un resultado favorable de 3-0. Así como lo establece la ley, ya que el equipo Flor de Catacamas, había alineado a un jugador que había sido expulsado en la final de campeonato de la Liga Mayor de Catacamas, el equipo no aceptó el primer veredicto y se fueron a la Comisión de Disciplina del Norte, Sur y Occidente, y sacando provecho a los contactos que tiene adentro, logró que los directivos corruptos fallarán a favor de Flor de Catacamas, de una manera vergonzosa, ya que no se veía por dónde el equipo de Catacamas podía ganar el caso, y la resolución la hacen de una manera arbitraria, en donde queda establecido que el equipo afectado no puede apelar, que el partido que había terminado empatado 2-2, debe de jugarse nuevamente, sin el jugador que había sido expulsado, violentando los estatutos y los artículos del fútbol hondureño.
Ahora, por la irresponsabilidad de los directivos corruptos que fallaron de una manera arbitraria a favor de Flor de Catacamas, el torneo departamental de Olancho se ha detenido, además, ha generado muchas inconformidades en los demás equipos, ya que consideran que las cosas no se hicieron basadas en ley, el reglamento es claro, todo jugador que juega un partido de fútbol estando castigado, el equipo pierde el encuentro por 3-0, solo que en Honduras es diferente, el partido debe repetirse y debe jugarse sin el jugador que generó el problema.
