Cuando el doctor Salomon Nazar era el técnico de Lobos UPN, fue abordado por tres personas, dos hombres y una mujer para ser parte de un amaño de partidos, pero la respuesta que obtuvieron del actual entrenador del Marathón, fue un rotundo no, el galeno se dejó llevar por los principios que le fueron inculcados en casa.
La reunión duró un aproximado de 30 minutos, eran tres personas que hablaban español con un acento de ruso, quisieron persuadir al doctor Salomon Nazar para que fuera parte del negocio sucio, de aceptar, lo que debía de hacer, era envíar un equipo débil ante el próximo rival de turno, provocar una perdida y luego recibía un premio de 2 mil dólares o más, Salomón Nazar, fiel a sus ideas y a sus principios, éso provocó que las tres personas que abandonaron su oficina, lo hicieron con admiración total para un técnico que se ganó el respeto al instante, solo por no romper los códigos de ética y honestidad de alta competencia.
Salomón Nazar no se quedó con la idea de que lo habían querido sobornar, ese día tuvo que abandonar la oficina, se subió al carro y condujo con el corazon acelerado y mirando para todos lados, cada vez que alguien en motocicleta se detenía por casualidad al lado de su vehículo, los nervios aumentaban, las palpitaciones del corazón se disparaban, el destino final era llegar a las oficinas de la Federación Nacional de Fútbol de Honduras (FENAFUTH), una vez ahí, Salomón Nazar, informó sobre lo que le habían propuesto, contó todo, sin ocultar nada, describió a las personas, fue una denuncia más que suficiente para comenzar a investigar, pero las autoridades del fútbol hondureño archivaron todo, nada les importó. Hoy, las cosas se les ha ido de las manos, ya que muchos jugadores en la liga profesional de Honduras se dedican al negocio de amaños de partidos y reciben un premio mínimo de 2 mil dólares por perder un encuentro.