El Marathón se presentó la noche de ayer al estadio Nacional de Tegucigalpa para enfrentarse al Motagua y las intenciones eran llevarse un punto de la capital, por esa razón salieron con tres volantes centrales, quienes tenían la función de destruir todo el juego del rival. Cosa que a la larga no dió resultado.
La idea era evitar perder, se pobló el medio campo y se dejó un tremendo vacío en el ataque, apenas se veía un solitario Cordova entre varios defensores motagüenses, y este esperaba si Edwin Solano se animaba de irse al frente, más la lentitud bruta de Mario Martínez, quien se dedicó a hacer más lento de lo normal el juego de las sampedranos.
La pérdida en el Nacional ha embrutecidos a todos los jugadores, no digamos al cuerpo técnico, quienes han sido respaldados por la mediocre junta directiva, encabezado por su presidente, Orison Amaya, quien fue insertado en el acta arbitral por insultar al árbitro central y por intentó de agresión, justificando la derrota de un mediocre Marathón ante un rival que sigue sin jugar buenos partidos.
Los jugadores del Marathón se han dedicado a protestar en sus redes sociales y la afición les ha dado la razón, alegan que el árbitro no sancionó un penal, cuando todos han ignorado las reglas, se olvidaron que han cambiado, una vez que el balón le pega en el cuerpo del jugador y luego, en la misma jugada toca la mano, ya no se pita penal, así que la decisión de Melvin Matamoros de no sancionar penal en la jugada de Marcelo Pereira, fue correcta
Los jugadores del Marathón no quieren asumir su responsabilidad, alegan que la pérdida se ha dado por culpa del árbitro, no aceptan que Bryan Barrios se equivocó al cometer una falta en el área, cuando lo correcto era evitar el roce con el delantero, quien ya le había ganado la posición, no quieren entender que el equipo sampedrano es un desastre dentro de la cancha y que se ha dedicado a perder sus últimos partidos, también quieren justificar la tremenda estupidez de Denovan Torres, quien se quedó estático ante el penal que tiró Roberto Moreira. Alegando una protesta por la decisión del árbitro central al sancionar una clara falta en el área.
