El fútbol de Honduras es el paraisos para todos aquellos jugadores extranjeros que no juegan en ningún lado, a la liga catracha viene sin las competencias básicas ni el talento y luego se convierten en grandes figuras y todos de debe a los escenarios que los mismos entrenadores arman para que ellos destaquen.
Es el caso del portero Jonathan Rougier, quien vino a Motagua a petición personal de Diego Vázquez, fue el técnico argentino el que lo trajo al país, fue el mismo el que armó el escenario para que el portero se pusiera por encima de todos sus compañeros, sin tener las mejores competencias, fueron tantas las oportunidades que recibió de parte del entrenador que no importó los errores que cometia en los partidos, en la siguiente jornada, el que jugaba tenía nombre y apellido, era el protegido de Diego. Su connacional, Jonathan Rougier.
Fueron tantas las oportunidades que el portero recibía que lo convirtieron en un jugador importante dentro del equipo, hasta que un dirigente, Juan Carlos Suazo, comenzó a promocionar la nacionalidad hondureña para que Jonathan Rougier fuera parte de la selección de Honduras, sin percatarse que el portero vino a jugar profesional en el fútbol catracho.