Esto se puso bueno, la lucha por el tercer lugar de la Octagonal de la CONCACAF para clásificar al mundial de Qatar, se pondrá mejor de lo pensado, si no hay una sorpresa de las otras selecciones. Honduras y Costa Rica se tendrán que dar en la madre por esa posición, para eso, ambos equipos deben confiar en el conocimiento y a la capacidad de sus entrenadores.
En el lado de Honduras, el uruguayo Fabián Coito ha cumplido más de dos años trabajando con la H sin pasar de lo mismo. El técnico es un experimento para Honduras. El equipo catracho no ha pasado de defenderse como gato panza arriba en todos los partidos que ha jugado, sin importar que el rival sea débil o fuerte, la apuesta del uruguayo es jugar al estilo uruguayo, metidos atrás y buscar hacer daño al contrario a través de contragolpes, hasta los momentos, la selección de Honduras es un equipo débil en ataque, a pesar del tiempo que tiene de estar trabajando con la selección catracha.
Mientras en Costa Rica es todo lo contrario, los Ticos, que estaban con la marea alta que ya hundía la canoa, han contratado a Luis Suárez, un colombiano nutrido de éxitos y de mucha experiencia en el fútbol, dos veces mundialista, la primera en Korea y Japón con la selección de Ecuador, luego, clasificó al mundial de Brasil con Honduras, además, se ha llevado la vida dirigiendo en varios países del continente, Costa Rica le ha apostado al conocimiento y a la capacidad, al orden, al compromiso y al buen fútbol, esa es la razón principal por las que han regresado nuevamente a ser candidatos para quedarse con el tercer lugar, y será por la capacidad del técnico colombiano.
Fabián Coito, es un experimento para Honduras, nunca había estado al frente de una selección mayor.
Mientras Honduras sigue aferrado al proyecto defensivo y miedoso de Fabián Coito. Costa Rica vuelve a la vida con el conocimiento y la capacidad de Luis Suárez.