El haber perdido 1-0 la noche de ayer ante los Estados Unidos por la Final Four de la Copa de Naciones, ha desatado una ola de críticas y ofensas, todas han sido para los jugadores, siempre es fácil los señalamientos a ellos, es el primer paso cuando se debe de encontrar a un culpable, es el caso de Anthony Lozano, Alex López, Rigoberto Rivas, Jonathan Rubio y Ever Alvarado. Pero nada dice nada del planteamiento mediocre, lleno de miedo que hizo Fabián Coito ante el rival.
¿Quién se atreve a señalar la mediocridad de Fabián Coito ante los Estados Unidos? Son pocos los que lo hacen, solo aquellos que saben ver el fútbol de otra manera, los que tienen capacidad de analizar, los que miran el fútbol con la mente y no con el corazón, Coito ha venido a Honduras y se ha aferrado a un sistema ultradefensivo con jugadores diseñados a atacar y que saben jugar un buen fútbol, el uruguayo los ha limitado, es el caso de Álex López, un jugador que se ha llevado su carrera organizando y creando jugadas de peligro en la meta del rival, desde que llegó Coito a la H, el volante creativo se ha convertido en un defensa más, pasa metido atrás y cada pelota que recibe siempre está lejos de la meta contraria, eso mismo fue lo que pasó ante los Estados Unidos la noche de ayer.
¿Quién se atreve a criticar el miedo de Fabián Coito? Nadie ha podido identificar que jugando metido atrás siempre pierde y cuando su equipo sale a buscar al rival le crea opciones claras de gol, jugadores como Rigoberto Rivas, Jonathan Rubio, Anthony Lozano, Álex López y otros de buen pie y con talento de sobra, también se puede jugar un partido a la ofensiva, sin renunciar a las responsabilidades de defender, pero con Coito, el técnico se ha convertido en el rey en un escenario de tuertos, sólamente priva a sus jugadores ante todos los rivales, en su gira a Europa hizo lo mismo, ayer lo ratificó ante la selección de los Estados Unidos.
Jonathan Rubio, nunca se encontró con su juego ante los Estados Unidos, se dedicó a defender como un defensa.
Claro está que Fabián Coito, también es culpable, el pedazo que le corresponde es grande, no permite que su laterales pasen al ataque, se ha dedicado a diseñar un esquema en dónde se espera aprovechar un error del rival, así como pasó con las pocas opciones que creó Honduras la noche de ayer.