Después del empate 0-0 ante el Sevilla, el Barcelona superó al Athletic Bilbao este martes por 1 a 0 en un partido que, pese al triunfo, dejó al local con muchas preocupaciones por su bajo nivel de juego.
A los tres minutos, un centro al segundo palo tras un córner corto desde la izquierda del ataque del Bilbao hizo lucir a Ter Stegen, quien con un manotazo desde el suelo salvó lo que podía ser el 1-0 del visitante. En la réplica, el local tuvo su oportunidad gracias a una buena combinación entre Messi y Jordi Alba que derivó en un desesperado rechace al medio de la defensa que capturó Sergio Busquets. El español disparó de media distancia, pero el balón fue despejado de cabeza por uno de los rivales.
Messi se ubicó por la derecha en los primeros minutos y en la mayoría de sus arranques se dirigió hacia el medio para juntarse así con Griezmann o con Alba. En algunas ocasiones también optó por enganchar hacia su pierna menos hábil, pero no para rematar, sino para buscar a Luis Suárez, quien cuando La Pulga se cerraba, él se abría por derecha.
A los 12 minutos, cuna corrida individual de Iñaki Williams que terminó con un remate desviado sirvió de atención para los de Setién que se toparon con un equipo decidido a llevarse algo del Camp Nou. Sorprendió la postura del Bilbao, que lejos de replegarse, optó por proponerle un juego de igual a igual que obligó a Arthur y a Vidal a transpirar más de lo necesario en defensa.
Con el correr de los minutos, los ataques del Barcelona comenzaron a centrarse en las pinceladas de Messi quien estuvo realmente activo aunque en un rol más de creador que de definidor. Fue así que dejó a Suárez de cara a gol en dos oportunidades, pero el uruguayo falló en ambas. También Semedo y Griezmann tuvieron su oportunidad, pero se mostraron imprecisos.
En el comienzo del segundo tiempo el equipo de Setién acentuó todos sus defectos. Un equipo sin ideas, lento, sin rebeldía y a la espera de que a Messi se le ocurra alguna genialidad para poder así acercarse al arco rival. Justamente el argentino dejó mano a mano a Griezmann en una gran acción individual, pero el francés tardó en acomodarse y cuando pateó ya tenía al arquero encima.
Por ese motivo, el entrenador mandó a la cancha a Ivan Rakitic, Riqui Puig y Ansu Fati, en lugar de Busquets, Arthur y Griezmann. Así, consiguió mayor movilidad en el medio gracias a los dos jóvenes que sin ser perfecto al menos mostraron ganas de atacar,} y generar peligro. Fue por eso, que el Barcelona acorraló al Bilbao y empezó a generar peligro.
A los 71 minutos llegó el 1 a 0 tras una serie de rebotes en el área que terminó con el balón en los pies de Messi. El argentino, de espaldas al arco, giró sobre sí y cuando quiso enganchar para sacarse la marca de encima, el control se le fue largo y por lo que Rakitic, quien se había filtrado sin pelota al área, se topó con ella y quedó mano a mano con Unai Simon. El croata definió de derecha y festejó la apertura del marcador.
A partir de allí el desarrollo del partido cambió. Como el cuadro visitante se vio obligado a cruzar la mitad de la cancha para conseguir el empate, aparecieron los espacios que fueron aprovechados sobre todo por Ansu Fati, de lo mejor del partido. Justamente él armó una jugada individual por izquierda y enganchando hacia adentro para dejar a dos rivales en el camino. Cuando quedó en posición de disparo eligió soltar para Messi, que llegó de frente para buscar el remate a colocar y éste se fue apenas afuera por el segundo palo.
El argentino, que buscaba su gol 700, se sintió más cómodo en el terreno rodeado de los jóvenes cuyas corridas sirvieron para desgastar a los defensores rivales, pero no pudo convertir a pesar de haber tenido dos disparos de media distancia.
Sobre el final el Barcelona pudo haber estirado la ventaja, en un centro al segundo de Jordi Alba que encontró a Arturo Vidal, de gran actuación, pero su intento encontró al arquero Simón. El rebote fue para Fati, quien esquinó el remate, pero éste dio en el palo.
Con el triunfo, el Barcelona pasó a ser el único líder del torneo, aunque el Real Madrid debe jugar el miércoles ante el Mallorca y de ganar lo alcanzará en la tabla. En la próxima jornada los de Setién visitarán el sábado al Celta de Vigo, que lucha por no descender. Por su parte, el Bilbao, que marcha décimo, jugará ante el Mallorca.