Alajuelense no pudo encontrar una llave que les permitiera abrir la cuenta en el segundo juego de la final ante Herediano, quienes impusieron jerarquía en la zaga, fueron ordenados, sometieron a los locales a la desesperación y no permitieron que les anotaran.
Los primeros minutos del juego reflejaron a una Liga Deportiva Alajuelense con ansias de buscar la anotación, elaboraron, intentaban buscar espacios para abrir la zaga florense y generaron mucho peligro.
El compromiso tenía una buena dinámica, que reflejaba a los manidos llevando el peso del partido y que avisaron con remates las ganas que tenían de ser campeones este domingo ante toda su afición.
Herediano, por su parte, ejecutaba una buena presión dentro del campo, especialmente por los costados con sus futbolistas más veloces. Trataban de aprovechar los errores manudos para contragolpear y así llegar al arco protegido por Adonis Pineda.
Conforme iban pasando los minutos del primer tiempo, Alajuelense tomaba más confianza y una de sus cualidades era que trataban de aprovechar la velocidad por las bandas para que sus velocistas lanzaran centros para buscar a los mejores cabeceadores.
El peso del partido era manejado por Alajuelense, quienes seguían carburando en el verde, pero no eran finos en el último cuarto de cancha.
Esteban Alvarado se estaba convirtiendo en el protagonista del Herediano, el cual salvó a su equipo en repetidas ocasiones tras la insistencia por parte de Alajuelense que ansiaba cosechar esa anotación.
Poco antes de finalizar la primera mitad, los rojinegros no cedían a sus ataques y prácticamente que toda su gente estaba en el área florense para encontrar ese espacio que los acercara al gol.
Las acciones del primer tiempo concluyeron sin ninguna anotación, pero reflejó a una Alajuelense con un alto volumen ofensivo y a un Herediano que se mantuvo bien replegado y ordenado en la zaga.
Para la etapa complementaria, el equipo manudo no bajó sus revoluciones y trató de encimar a los florenses con sus ataques; sin embargo, los de José Giacone se mantenían firmes en zaga.
Al 54’ una vez más volvió a ser figura Esteban Alvarado. El arquero florense se convertía en el salvador para su equipo tras un cabezazo por parte de Jonathan McDonald que estuvo cerca de ingresar al fondo de la red.
Los dirigidos por Andrés Carevic estaban cayendo en la desesperación, cometían errores en salida y eso generó que Herediano poco a poco carburara en el complemento, lo que permitió abrirle espacio a la confianza en los rojiamarillos.
Herediano intentaba acudir a las transiciones rápidas, buscaban la velocidad por los costados, pero protegiendo su medio campo, pues sabían que estaban a pocos minutos de obligar a una gran final.
El tiempo seguía avanzando y al equipo erizo le estaba pasando factura la ansiedad por intentar buscar las anotaciones, ya que se toparon contra un buen esquema defensivo que planteó el Herediano.
Las acciones del cotejo no daban para más y, a pesar de que el cuerpo arbitral dictó ocho minutos de alargue, Alajuelense nunca pudo anotar. Ahora el actual campeonato nacional deberá llegar a la gran final, donde en dos partidos se decidirá quién será el nuevo monarca del certamen.