Raúl Castro la vergüenza de la noche, le pesó el clásico

Una pena total, una vergüenza para el gremio de los árbitros, un noche fatídica, para el olvido, desubicado, perdido, ciego y sin poder tener capacidad de interpretar las jugadas, así fue el comportamiento Raúl Castro, árbitro central del partido entre Olimpia y Marathón, que terminó ganado el equipo Albo y que el árbitro de la noche tuvo que incidir en el marcador.

Fue tan vergonzoso el trabajo de Castro, que no pudo pitar un claro penal que le cometió el defensa del Olimpia, Maylor Núñez al delantero del Marathón, Edwuin Solano, 40 segundos después de la jugada, tampoco se atrevió a pitar otro penal claro del portero del Marathón, Denovan Torres sobre Elmer Guity. Era indicios que el árbitro central sería la pesadilla de la noche.

En el segundo gol del Olimpia que anotó Jerry Bengston, debió pitar falta a favor del Marathón, el ariete le quitó la pelota de las manos al portero, Castro no supo interpretar la acción, luego anuló un gol legítimo a Carlo Costly, aducio que había posición adelantada, era un buen gol.

En las expulsiones de los jugadores del Olimpia y Marathón, el árbitro acertó, hizo lo correcto, pero al final sus malas decisiones incidió en el marcador.

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