En los últimos años, el fútbol de Honduras se ha caracterizado en hacer llegar jugadores extranjeros que juegan en divisiones de baja categorías en sus países, futbolistas que cuarta o tercera división quienes termina fichando con los principales equipos hondureños sin tener las condiciones y las competencias para ayudar al fútbol catracho.
El Olimpia y Motagua se han dado el lujo de contratar cuatro extranjeros, el reglamento se los permite, además, tienen la capacidad económica para hacerlos, Olimpia ha jugado con la más fea, ningún fichaje ha dado el ancho, todos son jugadores de bajo nivel.
Emiliano Bonfigli, es un delantero argentino del Olimpia que llegó como una solución goleadora al equipo, debutó anotando contra Platense, hasta ahí no más, es muy mediocre en la cancha, no participa en el juego, no es útil para el equipo, incluso, el técnico se ha cansado de su incompetencia que lo ya no lo mete a jugar, además, han pasado varios partido que no sale ni en los convocados.
Marcelo Estigarribia, el delantero del Motagua, también de nacionalidad argentina, es otro jugador que no da el ancho, también anotó en su debut, de ahí no ha pasado a más, lento, falta de compromiso, frío, sin sacrificio, esa son sus características, no juega en el equipo a pesar que el mismo técnico Diego Vásquez, fue quien lo trajo de Argentina.
Martín Bonjour, otro fiazco del Olimpia, defensa central, veterano y viejo, lento, desubicado en los partidos y vulnerable en la marca, así han sido las presentaciones del jugador en el Olimpia, es un fracaso que el técnico, su padrino, Manuel Keosseián ha decidido dejarlo en el banco.
Yustin Pérez, portero del Honduras Progreso, en este torneo es el responsable de del 90 por ciento de los goles que ha recibido su equipo. Que por cierto están al borde de descenso.
Guillermo Chavasco, también del Olimpia, su rendimiento no es para un equipo grande como lo es el Albo, le ha quedado grande la camisa, el entorno, y el campeonato. Como jugador es un asco para el equipo.