Angel «Angelito» Hernández, apenas tiene 16 años, es un niño, el rostro lo delata, la vida le jugó muy mal, apenas tenía cinco años cuando acabaron con su sueño, desde que angelito tenía uso de razón, se trazó un objetivo, convertirse en el delantero del Olimpia, que por cierto, es seguidor del equipo, angelito, no recuerda un partido que los melenudos jugaron y que él no pudo presenciar por la televisión, nadie lo levantaba del asiento cuando el Albo está jugando un partido oficial.
«Angelito» , como le llaman todos, conocía a todos los jugadores, se inspiraba en los principales futbolistas del equipo en ese momento, el sueño era latente, las condiciones las tenía, solo era cuestión de tiempo y de una oportunidad. Hasta que un día, ese sueño de vestir la camisa del equipo de sus amores quedó truncado, un irresponsable, por andar haciendo malabares en su motocicleta, se salió de la calle, atropellando a angelito, quien caminaba en acera, en el lugar que le corresponde a los peatones y cortando todas aspiraciones de convertirse en futbolista profesional, producto del accidente, angelito perdió la pierna derecha, que por cierto estuvo varios dias en coma.
Hoy, angelito jugá fútbol para amputados en la liga de Tegucigalpa, además, fue el encargado de anotar el gol que le dio en campeonato a su equipo, Sin Barreras.
El goleador de Sin Barreras aún recuerda ese fatídico día. «Accidente en moto, una moto me atropelló en la colonia Travesía, andaba comprando en la pulpería, el que me atropelló se dio a la fuga». Cuenta un nostálgico angelito.
La vida del goleador ha sido marcada por situaciones difíciles, también perdió a su hermano, fue brutalmente asesinado en una pelea callejera. «Me siento alegre, le doy gracias a Dios por haber ganado el torneo. El gol de lo dedico a mi hermano quien murió en una pelea personal a los 32 años». Cuenta el valiente angelito.
El sueño frustrado, «Es mi vida el deporte, amo el fútbol, siempre anhele ser jugador del Olimpia. Soñé con ser el goleador del equipo, le doy gracias a Dios porque estoy con vida. Me acuerdo de ese día como si fuera hoy, ese día que acabó con mi sueño». Recordó entre lágrimas el futbolista.
«Yo iba por la acera y había un carro y la moto venía en caballito, haciendo malabares, y me agarró a mi. Quedé casi muerto. Quería ser delantero de Olimpia».