Tegucigalpa – No ha hecho falta esperar a la última semana del mercado de invierno para conocer el nombre del delantero que le cubrirá las espaldas a Luis Suárez hasta finales de temporada. A Ernesto Valverde le corría prisa la incorporación de un atacante que ocupara el vacío de Munir El Haddadi.
Por ello, la dirección deportiva del Barcelona ha trabajado intensamente en los últimos días hasta llegar a la elección definitiva. Kevin-Prince Boateng llega cedido hasta final de temporada con una opción de compra cifrada en ocho millones de euros.
No era el alemán de origen ghanés la primera opción que barajaban Pep Segura, Éric Abidal y compañía, pero sí la única que no chocaba con los condicionantes que la entidad tenía para este objetivo tan específico. Por un lado, este atacante temporero no podía exigir grandes dispendios a una tesorería que paga los salarios deportivos más altos de Europa. Y por otro, tenía que tener muy claro a qué viene, pues Suárez es casi tan indiscutible como Messi en los planes de Valverde.
Se le esperan aportaciones fieras y cargadas de impetu.Así, después de descartar los nombres (seguramente más ilusionantes) de Álvaro Morata, que está cerca del Atlético de Madrid, de Carlos Vela o de Cristhian Stuani, el Barça estima que la opción de Boateng es perfecta para cumplir los deseos del ‘Txingurri’. El ex de la UD Las Palmas y del Milan, entre otros clubes, estaba ahora en el modesto Sassuolo, de la Serie A italiana, y a priori sabrá encajar un papel secundario en un equipo superior.
En otras palabras, y a pesar de precedentes que hablar de un carácter díscolo, se supone que no tirará de Instagram para comunicar su enfado, como sí hizo Arturo Vidal, por una suplencia inesperada. Por otra parte, Prince llegará cedido, el Barça sólo tendrá que pagarle el salario hasta junio y luego, si queda contento con su rendimiento, podría quedárselo en propiedad por una cantidad razonable. El CEO azulgrana, Óscar Grau, respira tranquilo. Los números son asumibles para el mandamás económico.
Mercado movido
El Barça presentará a Boateng en sociedad este martes, antes del encuentro de Copa del Rey que sus nuevos compañeros disputarán el miércoles en el Pizjuán frente al Sevilla. Será la segunda novedad del equipo azulgrana en este mercado invernal después de la de Jeison Murillo, cuyo fichaje fue oficial antes del parón navideño y ya ha jugado dos partidos oficiales a las órdenes de Valverde.
Además, el ghanés confirma la ligereza de la dirección deportiva culé a la hora de firmar novedades a media temporada. Son dos en 2019 y fueron otras dos (Coutinho y Yerry Mina) en 2018. La tendencia habla bien de la capacidad de respuesta del club ante las necesidades del técnico, pero a la vez deja en evidencia la planificación de algunas posiciones en el mercado de verano,que es el que deja más tiempo para maniobrar.
Por otra parte, es llamativo que el Barcelona haya realizado este año dos incorporaciones de jugadores de más de 30 años. Boateng aparte, hace unos meses presentó también en sociedad a Arturo Vidal, que es de la misma generación que Prince. Es la primera vez desde el curso 2004-2005 que el club azulgrana contrata a dos veteranos para una misma temporada.
Para aquella ocasión, reclutó en verano a Henrik Larsson, que venía en sus últimos años como profesional a ser reserva de Eto’o, y en invierno a Demetrio Albertini, histórico del Milan que fue llamado a filas para compensar la pérdida de Edmilson y Motta, ambos lesionados de larga duración en la rodilla, en la posición de mediocentro defensivo.
CRÉDITOS: DIARIO MARCA