Tegucigalpa – Sandra Sánchez conquistó el oro, el primero de una española en katas. Subió al olimpo de su deporte delante de 12.000 aficionados en el Palacio de los Deportes, que mostraron su conocimiento de las katas como de la filosofía de este deporte. Los dos japoneses, contra los dos españoles, tuvieron un trato exquisito de los espectadores, emocionados con lo que mostraron los cuatro finalistas, y nadie osó discutir la victoria del japonés sobre Damián Quintero por 5-0 frente al triunfo por 3-2 de la talaverana.
Sandra y Kiyou Shimizu, que mantiene una buena relación de amistad, apostaron por la misma kata, el mismo ejercicio, y a ver quien de las dos lo hacía mejor. En un Palacio que pasaba del silencio sepulcral a la ovación más sonora, se podía escuchar la ejecución de las dos. Al final, tres banderas para la española, la primera vez que ganaba a la japonesa, y a la que sucede en el podio mundial.
Damián también tuvo que abrir la final masculina ante Ryo Kiyuma, doble campeón del mundo. No tuvo opción, 0-5 en su contra. La impresión general era, previa a su final, que ganar a dos japoneses en 10 minutos, que tumbar su hegemonía, era casi menos que imposible. Pero nadie cuestionó el resultado. Es la esencia del respeto de las artes marciales, al rival, al público, al tatami, y a los jueces.
