El Real Madrid está tocado, aunque hundido está Lopetegui. Los blancos ganaron al Viktoria Plzen que, por otro lado, era lo lógico, pero ese triunfo no fue ni mucho menos balsámico. Fue una victoria pírrica, vamos que no sirve para que se acabe la crisis y mucho menos para salvar a Lopetegui.
El vasco no sabía si estaría en el banquillo del Madrid en el Clásico de este domingo y la incógnita sólo la despejará Florentino Pérez que seguro que como todo el madridismo no se marchó del Bernabéu contento por el juego de este Madrid.
El blanco es un equipo sin alma, sin ambición y al que le crean peligro con una facilidad realmente pasmosa. Se llame como se llame el rival y el Vicktoria Plzen no fue una excepción. El equipo checo es colista del grupo y en el último encuentro de Champions encajó un 5-0 en Roma. Del Bernabéu se marchó con la cabeza muy alta y con la sensación de que podía haber sacado algo más porque méritos hizo de sobra.
El Madrid, consciente de lo que había en juego, salió a por todas con un cabezazo de Ramos al poste en el minuto cinco. Fue un espejismo porque el Vicktoria descubrió la autopista que dejaba Lucas a su espalda. El gallego fue la sorpresa de la alineación de Lopetegui situándole como lateral y sentando a Varane que vio como Nacho ocupaba su puesto. Las debilidades defensivas blancas se vieron de inmediato por la banda de Lucas y por ahí llegó a ocasión de Petrzela que salvó Keylor. Justo en la jugada siguiente, Lucas enmendó su error atrás poniéndole un centro de oro a Benzema que puso el 1-0 en el minuto 11.
El Madrid respiraba tranquilo, pero tanto lo hizo que durmió el partido, lo que enfadó a la grada que quería más goles. El enfado de la afición llegó a la media hora con otra ocasión checa que provocó los primeros pitos al equipo. El Madrid reaccionó con ocasiones de Benzema, Bale , Isco y un penalti sobre Lucas no señalado por el árbitro. Pero ni eso calmó a la afición que estalló al borde del descanso cuando Hrosovsky falló a puerta vacía un fácil remate. Ahí, la grada abroncó a los suyos. Fue la banda sonora con la que se llegó al descanso.
La segunda mitad arrancó con una nueva ocasión checa, pero el gol llegó del lado blanco. Fue Marcelo el que lo marcó en el minuto 55 tras una gran asistencia de Bale en una jugada iniciada por Fede Valverde que había entrado por Isco. Ese 2-0 aseguraba la victoria, pero poco más porque el Madrid seguía sin estar jugando bien. Generaba ocasiones, alguna muy clara, pero su fútbol no tenía continuidad y el Viktoria ponía el corazón en un puño a la grada cada vez que se acercaba al área de Keylor.
El Madrid volvió a marcar, pero el gol de Benzema fue anulado por fuera de juego. El que sí valió fue el de Hrosovsky en el minuto 79. Un 2-1 que hizo de la recta final del choque una auténtica guerra de nervios para el equipo y la afición que no estaba para muchas bromas.
Por si faltase algo más en este Madrid, Marcelo se retiró lesionado en la rodilla justo cuando Lopetegui acababa de hacer el tercer cambio, por lo que el Real acabó con 10 jugadores. Una lesión, la de Marcelo que habrá que ver cómo evoluciona pero tal y como se fue del campo, el Clásico peligra para el brasileño.
El partido acabó con el Viktoria Plzen teniendo la última oportunidad y con la afición mostrando su descontento con más pitos mientras de fondo sonaba el himno histórico del Real Madrid. MUNDO DEPORTIVO