El Real España de Honduras, es un asco, ha demostrado nuevamente que es un equipo diseñado para el fracaso, tiene un plantel que no entienden lo que es el fútbol de alto rendimiento, se han acostumbrado al fracaso, el técnico es un mediocre, no ha podido encontrar la fórmula para que sus futbolistas tengan un nivel de juego que le permita al club obtener buenos resultados.
Sin quitarle ninguna responsabilidad a la directiva del club, ya que contrataron a un técnico que en los últimos años no ganó ni la cuadrangular que normalmente se organiza en el barrio en donde él creció, también hay un grupo de jugadores que son una escoria vistiendo la camisa del equipo sampedrano, es el caso de Bryan Moya, el delantero hondureño ha demostrado nuevamente que la camisa del Real España le genera asco, no se sacrifica, no corre, no es efectivo para los intereses del club, juega sin compromiso. Lo mismo sucede con Jhow Benavídez, el líder negativo que hay en el plantel, ese que se ha dedicado a crear todo tipo de problemas en el equipo, máxime cuando el técnico decide enviarlo de suplente, hace lo que quiere cuando está dentro de la cancha, es un protegido de la directiva.
Lo mismo sucede con Cristian Calix, un volante ofensivo que llegó en este Torneo de Clausura al equipo, quien sin tener los números necesarios logró fichar para el Real España, sigue en deuda, ayer entró a la cancha en la perdida ante el Victoria, se vio muy limitado en todos los sentidos, fue un inútil, no colaboró en nada, no hizo ningún intento de superar al rival, es un futbolista que nunca debió llegar al equipo Aurinegro, otro que es cuestionable, es el volante central uruguayo, Jim Morrison, quien a pesar de demostrar que es un incapaz, sigue jugando de titular, tampoco se puede dejar de mencionar a Darixon Vuelto, este se ha dedicado a jugar como lo hace un ex futbolista o un jubilado, lo que menos tiene es sangre, se olvidó del compromiso que debería de tener con el club.