Si en Honduras había un equipo que podía ganarle una final al Olimpia, era Potros de Olancho, no se dió porque el portero del cuadro olanchano se convirtió en el villano de su propio equipo, regaló dos goles que le sirvieron al Albo ganar su copa número 36.
La oportunidad era única, las posibilidades eran reales, el buen juego del equipo y el buen rendimiento de los jugadores, daban parámetros concretos que Potros era un fuerte candidato para ganar su primer campeonato en la liga catracha, pero no contaban que Harold Fonseca, iba a jugar en contra de los intereses de su propio equipo, el guardameta se equivocó en dos goles y eso fue suficiente para que el cuadro olanchano perdiera el encuentro 3-2 y de esta manera se ahogaba el sueño de ganar la primera copa en el fútbol profesional hondureño.
Potros de Olancho se había puesto en ventaja en los últimos minutos del primer tiempo, ganando el partido se fue al descanso, además, una vez que inició la segunda mitad, el equipo olanchano seguía igual, los futbolistas estaban jugando el partido de sus vidas, pero había alguien que no estaba conectado, Harold Fonseca, jugaba a medias, con miedo y nervioso, en el gol de Yustin Arboleda, el portero de Potros no hizo el mínimo esfuerzo para evitar que la pelota entrara a su meta, era un balón que se podía desviar si él decidía correr a su costado derecho y luego se lanzaba para tirar la eferica al tiro de esquina.
También, Harold Fonseca se equivocó en el tercer gol que anotó Kevin López, en esa jugada, él debió salir a cortar la pelota, de hacerlo, la acción hubiese terminado en una falta a favor de Potros, porque se iba a originar un choque entre el atacante olimpista y el portero olanchano, pero él decidió quedarse en su meta.