Hoy ha sido una mañana muy amarga para Olimpia Reservas, el Albo perdió su segundo partido consecutivo 2-1 ante su rival número uno, Motagua, que ha tenido un cambio desde que se contrató a un buen cuerpo técnico.
El partido estuvo muy entretenido, ambos equipos estaban necesitados de ganar para meterse en la pelea por la clasificación a la siguiente fase, fue el Olimpia que estuvo a punto de abrir el marcador, pero el disparo de Hebert Nuñez se fue a un costado, Motagua le daba un buen trato a la pelota, pero sus delanteros estaban muy estáticos.
El primer gol del partido lo anotó Denis Andino, el delantero olimpista recibió un pase, el fútbolista controló la pelota en el área y de derecha envío la pelota al fondo de la red, un disparo imposible de atajar para el portero Paguada. Motagua quiso reaccionar, pero no fue suficiente. 1-0 finalizó la primera mitad a favor del Albo.
En el segundo tiempo, Ramón Romero no perdió la oportunidad de encontrar la fórmula para que su equipo mejorara, el técnico motagüense hizo tres cambios de un solo y encontró solución a los problemas, adelantó líneas y las cosas se le complicaron a la defensa del Olimpia, que dejaban lagunas en su zona baja, el empate llegó por medio del goleador Marvin Maldonado, el atacante conectó de cabeza un balón y venció al portero Ariel Valladares.
Era otro partido, un ir y venir de jugadas de peligro en cada meta, ambos porteros eran protagonistas, Paguada, el arquero del Motagua se convertía en la figura de su equipo, sus grandes intervenciones evitaron que Olimpia se pusiera nuevamente en ventaja, una jugada rápida desde atrás se convirtió en el segundo gol del Motagua, el recién ingresado, Guillermo Solorzano, hizo un movimiento al espacio, le enviaron el balón y con un toque sutil envío la pelota al fondo de la meta de Ariel Valladares. Era la anotación que Motagua necesitaba para ganar el partido.
Luego, mientras transcurrían los minutos, Olimpia se iba al frente y Motagua se defendía de la mejor manera, además, a pesar que terminó jugando con un hombre menos, nunca perdió el control de la pelota.