Ayer que era un partido de verdad, justo cuando Marathón necesitaba que sus jugadores estuvieran a la altura de un partido de la categoría de una semifinal, los primeros que comenzaron a jugar en contra de su propio equipo fueron los defensa centrales Bryan Molina y Allan Vargas.
Para decir verdad, la zona débil del Marathón la noche de ayer, fue su defensa y los principales protagonistas fueron los mismos de siempre, Molina, quien se vió más lento que un tren de carga subiendo una cuesta, el argentino no dió seguridad, perdió en el mano a mano, tanto Junior Lacayo y Carlos Bernardez, hicieron lo que quisieron con el gordo defensa, quien podría tener sus días contados en el equipo sampedrano, ya que nadie está satisfecho con el rendimiento que ha mostrado en la mayoría de partidos.
Tampoco se queda atrás Allan Vargas, este se tiene una apuesta con Molina, ambos se disputan el premio de quién es el más mediocre, están en una pugna sobre quién es el más lento y el más vulnerable dentro de la cancha, aún se pelean el premio del peor defensa que tiene el cuadro Verde, los dos goles que anotó el Real España fueron de cabeza y ninguno de los dos defensores pudieron hacer algo para evitar por lo menos uno de los goles. Nunca se dieron cuenta que el balón llevaba dirección al área.