No es para menos, en la categoría de fútbol menor U-8 que se juega en Tegucigalpa, Honduras. Siempre se miran niños con buenas condiciones que impresionan a cualquiera, sus ideas y capacidades para jugar fútbol son notorias, es lago muy peculiar en estas categorías.
Pero siempre hay unos que destacan más que otros, nacen con buenas condiciones y con el entrenamiento que reciben mejoran cada día, es el caso del futbolista de Cachorros. Carlos Arauz. Es un niño que apenas tiene 7 años de edad que juega como lo hace un adulto de la alta competencia, el chavalin la tiene clara, simplifica, no hay partido que no haya demostrado su calidad dentro de la cancha.
A pesar de su baja estatura, Arauz siempre supera con facilidad a todos sus rivales, no se arruga ante ningún otro niño, y cuando tiene la pelota en los pies, el volante central deleita a todos los presentes, lo intenta todo en la cancha, técnico, dinámico, luchador, ágil con el balón, y lo mejor de todo, nunca da una pelota por perdida, tiene un corazón de acero, cuando el balón le llega a sus pies, casi nunca la pierde, es cuestión que Carlos Arauz siga creciendo y pase a manos de buenos técnicos para verlo destacar en el fútbol de Honduras, el talento para triunfar lo trae de nacimiento.
Arauz, cursa el segundo grado y siempre es acompañado por su madre a sus partidos oficiales, el día de ayer, se le escapó la final en esta categoría, su equipo Cachorros perdió 2 – 1 ante FBO. Coronandose campeón el equipo blanco, en un partido en donde Arauz dio una cátedra de buen fútbol en el medio campo, en donde todos los presentes quedaron con la boca abierta por la capacidad que tiene el niño para jugar fútbol.