El portero argentino de Motagua, Jonathan Rougier, tiene en la memoria los momentos de angustia, de miedo e impotencia que vivieron el sábado pasado cuando el bus que lo transportaba al estadio Nacional fue agredido por la barra olimpista.
Producto del atentado que sufrió el transporte de Motagua, se suspendió el encuentro, además, Rougier sufrió una pequeña herida en el labio, a consecuencias de los actos violentos a horas de iniciar el clásico, que dejó un saldo de cuatro personas muertas y varias heridas.
Antes de viajar a Nicaragua, en donde enfrentarán en esta noche al Managua FC, el portero argentino tuvo tiempo para contar los momentos difíciles y tediosos que vivió en el bus del equipo.
“Veníamos saliendo, normalmente como siempre lo hacemos del hotel hacia el estadio, dos cuadras antes del estadio ya lo habían golpeado del otro lado del bus y sin consecuencias, todo siguió normal, sin problemas, media cuadra más adelante fue que se dieron los impactos en donde se rompieron las ventanillas, fue ahí en donde gritamos que nos tiremos al piso, nos tiramos al pasillo, algunos pudieron llegar y otros no”.
A pesar que Jonathan Rougier viene de un país en donde el fútbol ha desatado la violencia, el portero asegura que nunca vivió algo similar en Argentina.
“No me había tocado vivirlo nunca, no se lo deseo a nadie y espero que nunca se vuelva a repetir, es feo para todos, no solamente para los jugadores, también para la afición”, manifestó.
Agregó. “Un minuto de golpe y parecía que no terminaba nunca, eran golpes tras otros, duro poco tiempo y parecía un partido completo, fue un chock bastante grande, miedo en principio y después incertidumbre, bronca, no podíamos entenderlo, veníamos viendo que era un clásico tranquilo”.