El visible divorcio de la grada del Parque de los Príncipes con Neymar, certificado durante el encuentro entre el PSGy el Nimes, y la posterior decisión del club francés de retirar de su tienda oficial todos los productos con el nombre del brasileño fue interpretado por el Barcelona como una oportunidad para abordar su retorno. Su situación en París es insostenible y la paciencia del jeque Nasser Al-Khelaifi se ha agotado. El club azulgrana, tratando de aprovechar la coyuntura, decidió pasar a la acción y ayer mismo una delegación se presentó en París para reunirse con Leonardo y formalizar el interés por Neymar. Javier Bodas, directivo del área deportiva del club, el secretario técnico Eric Abidal y André Cury, responsable culé en Sudamérica y persona de confianza de Neymar desde que militaba en el Santos, le hicieron saber al director deportivo del PSG que iban en serio y sentaron las bases desde las cuales empezar a negociar.
Acuciado por serios problemas económicos y una masa salarial desorbitada, el club catalán insistió en su oferta de incluir jugadores para rebajar el precio pretendido por el jeque, que se sitúa en torno a los 250 millones de euros, precio superior a los 222 millones que desembolsaron pagando su cláusula de rescisión. No obstante, ambas partes saben que la devaluación del futbolista durante estos dos últimos años debido a sus problemas extradeportivos y su escaso rendimiento sobre el terreno de juego han rebajado considerablemente su precio. El Barcelona ha tenido que pedir un préstamo para poder afrontar el fichaje de Griezmann y a los 120 millones pagados por el francés se le suman otros 86 por De Jong y 35 por Neto. Casi 240 millones en total.
La oferta embrionaria del club azulgrana es un trueque por Coutinho y 80 millones de euros, de los que 20 serían en conceptos por diferentes variables. No descartan tampoco en el Camp Nou ofrecer a Rakitic, Umtiti o Dembélé, futbolistas que agradan mucho en París. El objetivo del Barça es abaratar la operación y aligerar la masa salarial para poder dar cabida a Neymar en un vestuario que reclama la llegada del paulista.
Las ganas de desembarazarse del Neymar y el escaso interés del Real Madrid, cuya prioridad es Mbappé, podrían provocar que Al-Khelaifi se avenga a negociar y a rebajar sus pretensiones a pesar de la animadversión que siente hacia Bartomeu. Este viernes ambos coincidirán en Liverpool, donde se celebra la reunión de la ECA. En el cara a cara podría alcanzarse un acuerdo definitivo. Mientras tanto, Neymar no parece demasiado preocupado. Si el lunes por la noche acudió a un concierto de Paula Fernandes en la ciudad portuguesa de Olhão, ayer disfrutó junto a sus Toiss de las playas de Benagil Caves, en el Algarve.