Talanga – El Manchester, un equipo conformado por un grupo de amigos, quienes sedientos de triunfo, llegaron a la final del tradicional torneo de fútbol salón en Talanga, un municipio situado 56 kilómetros al norte de la capital Tegucigalpa, donde en apenas 15 minutos lograron ante el poderoso Warriors FC una remontada que vale la pena recordar.
Enfrentaron a uno de los equipos de bastante recorrido en instancias finales, en lo que se refiere al fútbol salón, el Warriors, la otra cara del fútbol, llenos de experiencia, calidad y determinación a la hora de aniquilar rivales, no perdonan, son contundentes, pero esta vez, algo salió mal.
En el otro lado de lado de la cancha, juventud total (Manchester), incluso, un defensor con experiencia –Ariel Cáceres- hace de las suyas en medio de los chicos, que disputaban juntos, al menos su primera final, llegaron con más emoción, que con posibilidades de ganarla, sin embargo no siempre ganan los favoritos.
Que sorpresa más bonita
Así es el fútbol, hay circunstancias en las que se cree tener todo neutralizado, donde te sientes intocable he invencible, y sueles enfrentar a los rivales, creyendo que son inofensivos y que si son jóvenes e inexpertos, no tienen garras, para, al menos inquietar en lo más mínimo.
Dos de los mejores hombres del Manchester, estaban en el banquillo, -los Bonilla- desde afuera estaban frustrados porque el menor de ellos –Edwin- poco o nada podía hacer para ayudar a su equipo, a no caer de la forma tan humillante en la que estaban perdiendo; la noche del 19 de enero, una pesadilla para ambos equipos, pero uno de ellos tendrá algo mejor que contar.
Y el goleador donde está
Adelante en la ofensiva, el más goleador del torneo, Jan Carlo Rivera, no terminaba de jugar su peor partido del campeonato, en todas sus presentaciones, mostró determinación y una impecable frialdad, para definir frente al arco, pero ese sábado todo salía mal.
Incluso esa noche su padre – Juan Pirracha- como le dicen en la cuadra del barrio, debió estar en las gradas, apoyando al menor de sus hijos, pero llegó la hora del viaje a Estados Unidos, pues el torneo se atrasó al menos tres semanas por algunos desacuerdos en la administración del nacionalista Roosevelt Eduardo Avilés.
Falla en el peor momento
Las graderías del parque, lucieron abarrotadas, entre toda esa afición, se encontraba la familia de Aarón Perdomo, – el menor de la dinastía Perdomo- dice Jimmy, el eterno narrador del torneo, quien además de su pasión por este ejercicio, no deja escapar ningún detalle y es crítico cuando tienen que serlo.
Nadie de la familia, del menor de los Perdomos, entiende cómo su equipo está haciendo un partido desastroso, incluso el 16 del Manchester, poco aporta, no fue su noche, no dejó buena imagen y no es que jugó mal, sino que las cosas no salieron como las había planificado, y por si fuera poco tuvo que dejar a su equipo cuesta arriba con terrible 3 – 0 en contra.
La impotencia del otro jugador
Un niño de 3 años, -Sebastián- se cree parte del equipo, le pregunta a su tía – Yolany- ¿Qué cómo es posible que su equipo está perdiendo? En su rostro se nota la impotencia que siente al no poder hacer algo para que su amado Manchester, retome el camino y no permita que se le siga humillando más.
Este fiel aficionado, admirador de Jan y Aarón, vivió un calvario en las gradas porque sus compañeros de equipo, estaban haciendo las del pato, perdiendo el duelo más importante del torneo. Y un tal “Efra”, descontrolado camina desesperadamente a la orilla de la cancha al ver que la copa tenia dueño y ese no era el Manchester.
El otro aficionado y su padre
A todo esto y volviendo al partido, el Warriors también tiene su afición, entre algunos –Mateo-, pues su padre – Kevin- defiende, hasta entonces su imbatible arco, era la noche perfecta, la copa estaba en sus manos, de esta alegría también disfrutan, su madre – Fanny- y sus hermanos Nathalia y Héctor, de pronto la noche se nubló y las cosas comienzan a salirse de control.
No puede faltar el ambiente que le pone a la narración Edwin Cantor – Tiguat, en las finales de fútbol salón, hace de las suyas, mientras Elvin “Culón” se marchó por falta de pago a sus servicios por impartir justicia en la cancha, “Efra” no anda en condiciones de hacerlo y pareció un tal Héctor Rodríguez – La Pantera-.
La mano dura en el arbitraje
Hector, no se anda por las orillas, se caracteriza por hacer prevalecer su carácter y los partidos jamás se le salen de control, que nadie levante la voz, porque allí tiene listas las tarjetas, en pocas palabras, los jugadores que se la tiran de muy machos y muy listos, juegan y actúan como masas palomas, se dedican a jugar.
Rodríguez tiene tanta experiencia en este tipo de torneo, que a la afición, les gusta verlo en acción, por su peculiar, ecuánime y equilibrada, forma de arbitrar, casi nunca se equivoca, está concentrado en su trabajo y le da seriedad a lo que muchas veces se convirtió en un campo de batalla con agresiones de un equipo como de otro. Qué bueno que este duelo tuvo un final feliz.
El partido Perfecto
Los Warriors iniciaron un partido inteligente, estudiaron al rival, lo neutralizaron y lo mataron, un gol en el primer tiempo de Jeffrey Leroy Lozano, marcaba las pautas y daba un mensaje autoridad, ante el novel equipo Manchester, que no sabía cómo contrarrestar la calidad técnica de Mcdonald Carías, David Suárez “Perla” Rigoberto Cruz y Rudy Vallecillo.
El segundo tiempo fue también un partido no muy vistoso, pero sí de goles, Macdonald Carías amplió el marcador a 2 – 0 y otra vez Lozano anotaba el 3 – 0 para su equipo y el segundo en su cuenta personal. Una bonita historia que no tuvo su final esperado, ya que como pocas veces se ve; una remontada así.
Un profesor llamado, Carlos Amador, muy amigo de los jóvenes, se rinde y se sale de la gradas, se marchó, quien sabe para dónde se fue; lo que si es cierto, que yéndose del terreno de las acciones, el equipo comenzó a jugar diferente, que lastima el fiel aficionado, tuvo que irse para que el Manchester reaccionara.
No todo está perdido
Perdomo cumplía una función que no supo descriar Rivera, sin embargo Bonilla debía echarse el equipo al hombro y un tal “Guaro” debía rifarse el físico en la defensa, a todo esto el portero del Manchester, se echó agua en la cara y despertó, ya que debía estar más atento porque la entrada de Argelio Zúniga, un completo desconocido, le daría nuevos impulsos al club.
Bonilla puso el del descuento cuando apenas faltaban 7 minutos para el final, apareció al estilo Chirarito Hernández Jan Carlos para el 3 – 2 y sobre el final, Bonilla marcó el 3 – 3 que desató la locura de una afición que había estado frustrada al ver como el Manchester, regalaba la copa al rival. Así fue el final, intenso, emocionante caliente, pero en las gradas reinaba la felicidad.
En ese entonces Julios Salgado – Pata Gorda- así le dice el Chimpayate cuando lo encuentra, salta de alegría con todo su leal familia, sentados a un costado, celebran porque adentro su sobrino, sacaba la cara por un apático Manchester. Que recuerdo más bonito.
En el tiempo extra, Leroy Lozano, puso en ventaja a su equipo 4 – 3. Jan Carlo lo igualó – 4 – 4 y sobre el final….. otra vez la sombra de Jan Carlo un Argenis, sin gracia por cierto, se encagó de jaque mate 6 – 4… en eso Lozano se retira del campo, le gano la enojura.
El Canal 17
Óscar Herrera, propietario del Canal 17, apareció públicamente para dar la cara, el Alcalde la ciudad – Avilés López- nunca apareció, para culminar el evento que él mismo inauguró, en el marco de la feria patronal en honor al santo de la comunidad (San Diego).
Su canal trasmitió en vivo el duelo y aunque con una cámara mal ubicada, lograron espectadores de la pésima transmisión.
Su más cercano colaborador, Macdonal Aguilar, brilló por su ausencia y su otro aliado, “Efra” estaba en una noche alegre, pasó de ser el árbitro a aficionado. Sin embargo Herrera y su hija – la licenciada Marilyn-, frente al pueblo para reparar el desastre. Sin duda se extrañaba a Raúl Campos, quien no suele hacer el ridículo cuando de estos eventos se trata.
Se concluyó el torneo, un novel equipo tendrá una historia bonita que contar, mientras el rival, sin duda tendrá mucho que reflexionar.